Deseos cumplidos

De pequeño, me dijo mi padre “Hijo, tu primer mandamiento para llevarte bien con una mujer, es aprender 4 letras del abecedario: O, B, D, C” ya me las sé.

LO CLAROSCURO. La batalla electoral 2015, pronostica una animadversión estructural de la familia política mexicana. Las descalificaciones han dado comienzo, desde lo local hasta lo nacional. Nada nuevo.

Mientras llegamos a esos estadios –la recomposición de las curules federales y las gubernaturas en disputa- habremos de generar las condiciones de paz, armonía y de ingresos económicos que den terreno a las afrentas entre partidos y entre actores de éstos.

De primer deseo, agradezco al presidente de la república, que me haya reconocido. Con la aseveración de que “2014 es el año del claroscuro”. (En realidad aseguró que ‘fue de claroscuros’, por los trascendidos económicos y políticos por los que transitamos).

Llegué a pensar que era mi tiempo sucesorio, por la silla de Videgaray.

Bien. El segundo deseo para garantizar un ‘suelo parejo’ en 2015, será proveer las condiciones monetarias mínimas idóneas, que les deje el campo libre a los políticos. Mientras la población nos encontremos en una sana economía en desarrollo. Es decir, que no les reclamemos sus dispendios.

Para tal efecto, el deseo de todas las fuerzas productivas es que se consense un numero atractivo para impulsar al salario de la clase trabajadora mexicana.

Recién tuvo efecto la reunión de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. La integran de manera tripartita el sector obrero, el patronal y el gobierno como rector.

El acuerdo tomado el 19 de diciembre, fue establecer un incremento de 4.2% que entrará en vigor a partir del primer minuto de enero de 2015.

No es acaso el mejor panorama de aumentos, ni de opulencia en los ingresos de quienes menos ganan. Pero sienta las bases económico-políticas, de estabilidad para la atracción de inversiones y para propiciar la productividad.

El poder adquisitivo, es la parte más preponderante de este rubro. Y es el tercer deseo aparejado al incremento, que recupere el pueblo de México.

El cuarto deseo, es que la imaginación les llegue al gabinete de asesores del mandatario; para que logren desarrollar una idea del tamaño que generó el vecino Obama. Aquél, aunque la situación de pobreza cubana no cambiará –el Congreso no levantará el embargo económico- las simpatías que causó en el mundo, le son suficientes para recuperar la desgastada imagen que de él y de su partido –el Demócrata- mantiene en general el pueblo estadunidense.

Quizá habrían de considerar nuestros estrategas, declararle la guerra a Kazajstán o nacionalizar la piratería. Un golpe mediático de la misma magnitud, donde el Santo Papa reconozca el liderazgo de quienes nos conducen.

Y el quinto deseo, incluye a la vez, dos: “Todo y nada”. ‘Todo’ lo que le haga feliz, en compañía de sus seres queridos. Abundancia y prosperidad. Y ‘nada’ que le haga sufrir.

Ni la venta de la ‘casa Blanca’.

El año de los claroscuros terminó y deja espacio para una nueva sección en la vida de cada quien, llamada “2015”. Lo habremos de imprimir con tinta de oro y con la esperanza de cosechar lo que sembramos en este ciclo concluido. México deberá consolidarse. No los partidos políticos; no los personajes… mejor dicho, la inmensa mayoría de mexicanos que buscan una sola oportunidad de bienestar para sus familias.

Las estrategias de reformas estructurales, deberán dar la pauta, a partir de enero.

COLOFÓN: Aquí le dejamos… la señora ‘Clos’ reclama mi atención. Nos leemos en 2015.

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