Como suele suceder en estos días, Tamaulipas como otros estados fronterizos suelen cobrar una importancia mayúscula por su relación con los paisanos que por miles vienen a visitar a sus familiares, en las fiestas decembrinas.
Hace apenas unos días el gobernador Egidio Torre Cantú encabezó el acto protocolario donde autoridades de todos niveles se unen para proporcionar el apoyo que se requiere en estos casos; orientación, seguridad, salud y más se suman a la lista de tareas que el gobierno mexicano emprende para garantizar que quienes viven en los Estados Unidos –y algunos en Canadá- tengan una estancia tranquila, que puedan llegar a ver a sus familiares, disfrutar tan significativa temporada, y entonces sí, regresar al trabajo que llevan a cabo allá fuera de casa en aras de procurar un bienestar para su familia, los suyos, buscando una mejora en su nivel de vida.
El fenómeno de los migrantes es importante para nosotros: dejan a lo largo de los cientos de kilómetros recorridos una importante cantidad de dinero en servicios y bienes: hoteles, restaurantes, estaciones de combustible y más. Un poco aquí y un poco allá, pero dejan el beneficio económico en muchos de los nuestros.
Pero así como lo van derramando, también hay ocasiones en que se va de sus manos por situaciones nada afines a la legalidad. Es donde la autoridad ha decidido instrumentar ese programa que les brinde la certeza de que llegarán con bien a su hogar, podrán ver a los familiares que a veces no ven durante todo un largo y tedioso año, y ellos, afanosos y llenos de regalos e ilusiones, comparten las fiestas tan importantes en nuestras costumbres y tradiciones.
Los migrantes, ese importante grupo que impacta social y económicamente entre nosotros, el grupo que es motivo de actitudes discriminatorias en una y otra nación: en nosotros, porque a veces les vemos como estorbos, como parte de esa gente que no es nuestra porque pensamos que reniega de sus orígenes, y allá, porque son ilegales en casi todos los casos, y entonces no encajan ni en uno ni en otro lado, y la verdad, son parte importante también en sus estados de origen, dada la cantidad que anualmente se registra de recursos económicos que llegan vía las agencias que disponen de fondos para envío a México.
Son muchos miles de dólares a la semana que llegan a muchos hogares, y esa es la parte que ayuda, porque es justo entender que ellos, en una importante cantidad, se han ido en busca de un sustento seguro, porque las oportunidades se les han negado en sus pueblos, ciudades y estados, en su propio país, no quedando más opción que emigrar.
Difícil situación, y eso lo sabe quien ha tenido necesidad de estar un tiempo fuera de casa, porque a pesar de que se piensa que los viajes ayudan, que las estancias en el extranjero son productivas, nos golpean el ánimo al sabernos lejos de los nuestros, y eso sucede cotidianamente.
El caso es que las autoridades nos están garantizando el refuerzo de acciones a favor de este tan importante grupo de mexicanos residentes en forma temporal en el extranjero, y que nos piden tengamos confianza, aunado a las grandes medidas de prevención que haya que tomar.
No se recomienda el viajar solos, el estar en sitios donde haya condiciones poco claras, y cuidar mucho a los nuestros, los hijos, la pareja, los familiares en general.
Sea pues, el deseo que todos tenemos, una navidad en que ellos, los miles de migrantes que vienen y pasan por Tamaulipas encuentren buen ambiente y seguridad hacia sus hogares: que las autoridades hagan el trabajo que les corresponde y que ellos puedan estar bien con sus familiares.
Ya veremos, seguramente, el saldo de este flujo de mexicanos que pasa por tierra tamaulipeca.
Si usted puede otorgar apoyo a ellos, entendemos que se agradecerá en todo lo que vale, y también, que seamos parte de los esfuerzos para que tengan una buena y feliz fiesta decembrina.
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