Correspondiendo a los pronósticos de la víspera, y apenas unas horas después de una desangelada reunión con Carlos Navarrete, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano hizo pública su decisión de renunciar a su militancia en el partido que contribuyó a fundar en 1989.
En su misiva de renuncia, el hombre que enfrentó al PRI en 1988 a la cabeza del Frente Democrático Nacional, advirtió tener “diferencias irreconciliables” con la actual estructura y dirigencia perredista, tanto en los criterios de su conducción interna como en la visión de la problemática interna del partido.
Paradójicamente, y a pesar de la consabida incapacidad autocrítica que caracteriza a la mayoría de los líderes y simpatizantes de la autodenominada “izquierda progresista”, con la renuncia de una figura de gran liderazgo moral como lo es el Ingeniero Cárdenas, es evidente que el Partido del Sol Azteca se convierte en el principal damnificado colateral de la crisis desatada hace ya dos meses por la lamentable masacre de Ayotzinapa.
En primer lugar, porque el empoderamiento del siniestro matrimonio Abarca como “pareja imperial” de Iguala, Guerrero, fue posible gracias a la red de complicidades y compadrazgos prohijados por tribus y corrientes internas del PRD, tanto por parte del “ala radical” cercana a Andrés Manuel López Obrador, como por parte del impresentable Clan de Los Chuchos.
En segunda instancia, por la descarada forma en que la cúpula perredista ha buscado eludir su responsabilidad ante la radicalización de distintos frentes de conflicto, en los que constantemente ha quedado exhibida como una fuerza política adicta a la añeja fórmula de pegar con la izquierda y cobrar –en lo oscurito, claro está- con la derecha.
Por supuesto que no faltarán los radicales que saldrán a recriminar la postura asumida por Cárdenas Solórzano, y que tratarán de lincharlo en las redes sociales con toda clase de epítetos y letanías incendiarias, sin atreverse a reconocer que a lo largo de su trayectoria, el Hijo del General Cárdenas ha tenido como sello distintivo la congruencia con sus principios, mismos que lo llevaron a abandonar al PRI junto con los integrantes de la Corriente Crítica, provocando un auténtico cataclismo en las estructuras del tricolor, que a pesar de los años parece que tampoco ha aprendido de las lecciones de su propia historia.
El PRD todavía puede corregir el rumbo, y demostrar que tiene principios y programa de acción como para constituirse en esa izquierda crítica, futurista, visionaria e incluyente que tanto demanda el país.
El problema es que, a como se ven las cosas, es previsible que en el proceso electoral del año venidero se verá ampliamente rebasado por su engendro pródigo, MORENA, al calor del innegable carisma y los discursos incendiarios de Andrés Manuel López Obrador.
El balón está en la cancha de la cúpula perredista. Les corresponde actuar en consecuencia, y con alto sentido de responsabilidad política.
De lo contrario, quedarán remitidos a convertirse en una franquicia electorera más, de esas que vergonzosamente siguen persistiendo, como consecuencia de la pasividad de los electores, y de la ambición de quienes siguen viviendo a expensas de las jugosas prerrogativas públicas.
Veremos y comentaremos…
DE BOTEPRONTO: Finalmente se hizo oficial, a través de un comunicado consular, el status judicial del controvertido expediente que involucra al ex alcalde de Matamoros, Erick Silva Santos en una severa investigación por lavado de dinero, fraude bancario y fraude electrónico. ¿Habrá algún ingenuo que piense que el saldo negativo de este caso repercutirá exclusivamente en las urnas en el cuarto distrito, con cabecera en Matamoros? ¿Tampoco han aprendido nada? Son preguntas, por supuesto…
Por el momento es todo. Agradezco sus comentarios y le espero en este mismo espacio, el próximo viernes.
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