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Sección: Editoriales / Asuntos de suma importancia

México y el derrocamiento

Por: Rafael Irigoyen 25/11/2014 | Actualizada a las 22:41h
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Las declaraciones y comentarios en la prensa escrita han estado muy activas calificándose de carácter álgido llegando a tal extremo que se convierten en conceptos absolutos que no permiten hacer un raciocinio correcto y lógico al conceptuarse como verdades tácitas y completas, de tal manera que la crítica es la que menos interviene para intentar encontrar cuánto de ciencia y verdad hay en esas palabras, pues las expresiones aunque válidas en la libertad de expresión las han transformado en definiciones oscuras y tergiversadas que provocan confusión y mala leche.

Las notas hablan y hasta exigen la renuncia del Presidente de México sin agregar un raciocinio claro, aceptable y conveniente para la aplicación  del tamaño e impacto de esa política a nivel nacional a pesar que en la Constitución Política está permitida la renuncia mediante la aplicación de determinados procedimientos de carácter legal administrativo.

Ocultos y mimetizados dentro de  la sociedad,  los adversarios auto nombrados como enemigos del Presidente, virtualmente hacen su labor desde  su posición política a través de  mensajes que encierran la intención del derrocamiento con pantalla de legalidad.

Es muy difícil  “precisar” quién o quiénes son las personas que están orquestando  tamaña irresponsabilidad porque amparados en las libertades, que son mandatos en la Constitución, no se atreven a señalar quién podría ser el reemplazo.

La palabra derrocamiento conceptúa la destitución por la fuerza de un cargo o de un poder del estado, los responsables en México del Plan intentan disfrazar el acto con aspectos de Democracia lo por ese solo hecho, crea inconformidades y disturbios (Ya en operación).

El 23 de noviembre pasado durante la Ceremonia del Día de la Armada  fue notoria la subordinación al Comandante  Supremo de las Fuerzas Armadas por lo que de acuerdo a la tradición de los levantamientos en América Latina los militares permanecerán al margen de tal movimiento violento, actos  ya experimentados en los disturbios que han ocurrido en la Ciudad de México con varios meses de antigüedad y que aún continúan, al que hay que agregar los de Guerrero, Michoacán y Oaxaca en plena actividad.

Sostenida por una vigorosa campaña publicitaria que abarca hasta los confines informativos de la prensa internacional, basados en que el pueblo está inconforme, con el conocimiento general de que  ese procedimiento cuesta mucho dinero, éste continúa pero sin resultado alguno,  lo que debe tenerlos impacientes, porque se  aproxima el 30 de noviembre y todos los movimientos orquestados que han convertido al país en un laboratorio social  no ha producido políticas que valgan la pena poner en operación para lograr su objetivo, que el Presidente se vaya.

Ante tal evidencia de falta de resultados era necesario involucrar a la Primera Dama de la nación para destruir la imagen de Primera Dama y de Madre de Familia, ya que algunos comentarios se han dirigido sarcásticamente a una de sus hijas para calificarle de “Actricita”,

Si necesitó de recursos del estado para edificar su casa,  sería prudente que el pueblo supiera quien de los políticos en vigencia,  se atreverían a lanzar la primera piedra para dar por seguro quienes no utilizaron ese recurso.

La lapidación según algunos textos bíblicos era un protocolo de castigo hasta la muerte de los presuntos delincuentes que violaban la Ley de Moisés y consistía en llevar al violador hasta un acantilado donde el hombre completamente desnudo y la mujer descubierta solo de la parte superior del cuerpo, era empujada hacia  abajo,  dos o tres personas levantaban un pesada piedra y la dejaban caer sobre el delincuente, esa es la que se acostumbraba llamar la primera piedra y si  aún subsistía,  los demás le lanzaban piedras hasta morir.

No se trata de proteger al Presidente,  aunque al fin y al cabo él es Patrimonio de la Nación, el comentario intenta manejar los aspectos de publicidad política dentro del valor de dignidad, que toda persona que se cree líder debe tener para justificar su actuación como funcionario público  sobre todo los que se atreven a pedir indirectamente la Renuncia Presidencial.

Al platicar con algunos amigos a mediado de  los años  90, había quién se atrevía a sugerir que la sustitución del PRI en el Gobierno era necesaria ante la deformación política que había ocurrido, en algunos de sus representantes.

La pregunta consecuente  de tal opinión  era ¿Con quién? La historia determinó quien había sido  el sustituto y, a varios años de la asunción al Poder por un representante de la oposición, el resultado está a la vista.

Parece que la pregunta insiste nuevamente  en ser válida  ¿Con quién?

¿Quién de los políticos de Primer Orden que están a la vista puede ser el digno sustituto que tenga los tamaños intelectuales suficientes, las cualidades de líder que según ellos reoriente la dirección estratégica del país, la inteligencia adecuada y suficiente para instaurar procedimientos políticos identificados con la realidad crítica que ellos insisten está  ausente, habilidad y relevancia política para poder  llegar a la Presidencia mediante los cursos legales instaurados en la Constitución?

Porque si el fin es llegar para hacerse del poder y ejecutar las mismas políticas que según ellos están equivocadas, pero sirve para  apropiarse de algunos recursos económicos que ellos mismos argumentan está ocurriendo en la actualidad y han puesto de ejemplo la casa blanca, cualquiera de ellos puede hacerlo, no se necesita inteligencia, ni habilidad, lo único que se requiere es decisión.

Algunos de ellos pertenecientes al PRI han sido Gobernadores y su trayectoria como tales no ha sido aquella que puede llamarse relevante,  el dejar hacer dejar pasar, ha sido prevalente.

Lo mismo puede comentarse de los demás partidos sin poder evadir en el comentario de lo que ha ocurrido en Guerrero con el  partido PRD cuyo Líder intelectual ya está pensando  y proponiendo que se convoque a un Congreso Constituyente para crear una nueva Constitución Política porque parece que la que está vigente no le dio la relativa relevancia a sus ideas y a sus aspiraciones y hay que cambiarla por obsoleta.

Ya los instrumentos de la izquierda están operando la conciencia nacional al tratar de imbuir en ella que los militantes de ese extremo político unido en un partido empieza a sembrar la idea de que también sin víctimas del Poder Político en funciones al estar secuestrados algunos de sus militantes quienes no aparecen ni en mítines tanto en Guerrero como en Oaxaca.

Algunos lamentarán el haber generado tan “genial idea”, porque es bien sabido que en política “Donde hay desquite ni quien se enoje”.

RAFAEL IRIGOYEN (+)
Esta es su última colaboración. La escribió antes que Dios lo llamara a atender un Asunto de Suma Importancia y hoy la compartimos con todos sus lectores. Don Rafael falleció el 10 de septiembre de 2015.

Columnista desde 2006, sus comentarios versan sobre asuntos de Seguridad Nacional

Cuenta con estudios de pos grado nivel Doctorado, expedido en el Centro de Estudios Superiores Navales de la Secretaría de Marina, reconocido en la Secretaría de Educación Pública.

Actualmente escribe en algunos periódicos digitales y en prensa escrita.

La experiencia por distintos mares del mundo soporta algún comentario comparativo con nuestro país al observar el comportamiento de aquellos que un día fueron Imperios y su desarrollo cultural y político, su impacto en el desarrollo de la humanidad y su incidencia en nuestro país.
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