Madrid (Notimex).- El investigador Humberto J. Rodríguez, pionero en México de las Unidades de Apoyo a la Escuela Regular (USAER), participará aquí en el II Congreso Internacional Universidad y Discapacidad de la Fundación de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE).
El mexicano estará en la mesa redonda “Las políticas de inclusión de discapacidad en las universidades: Situación actual y retos de futuro”, para proponer un modelo de educación inclusiva.
De acuerdo con un comunicado, el experto consideró que para que un programa educativo pueda responder al desafío de la inclusión debe ser “Asequible, Accesible, Aceptable y Adaptable”, el método de las cuatro As.
Señaló que el desafío de la inclusión “requiere de maestros cualificados y apoyos personalizados, entre otras cuestiones”.
En su opinión, uno de los mayores problemas que se encuentran las personas con discapacidad en el mundo académico “es enfrentarse al contexto distante y despersonalizado que caracteriza comúnmente al mundo universitario”.
Esto, dijo, se suma a la distancia entre las expectativas idealizadas de las personas con discapacidad y la dureza y rigidez de los programas académicos.
Expuso que para que los jóvenes con discapacidad lleguen a los niveles más altos de excelencia académica, es necesaria “la implementación de modelos de acompañamiento y tutoría”.
Aconsejó a los estudiantes “que realicen diversas reflexiones y balances sobre las expectativas personales y de familia, las posibilidades e implicaciones con respecto a los estudios universitarios, para identificar las barreras que pudieran presentarse y buscar ayuda, orientación y acompañamiento en el mundo universitario”.
Con respecto a la sociedad, opinó que es necesario avanzar en la conformación de universidades inclusivas, no solo en el tema de accesibilidad física, sino además en la conformación de comunidades de aprendizaje.
Comunidades, prosiguió, en las que el joven con discapacidad esté inserto en ambientes para aprender, expresarse y participar activamente.
Por ello, concluyó, “es necesaria una transformación en la universidad y un deseo de incorporar el paradigma de la inclusión, que algunos han iniciado con espacios de apoyo y orientación”.
