Estamos prácticamente en el arrancadero del proceso electoral federal de 2015, y por todo el territorio nacional se respira un ambiente de crispación y encono. Bajo un ambiente inédito de agitación social, los partidos políticos se preparan con sus mejores argumentos (es un decir), para concitar a los mexicanos a las urnas para determinar el destino de 500 escaños en el congreso federal.
Este proceso electoral tiene importantes implicaciones para las principales fuerzas políticas del país.
Para el PRI, representa la gran prueba de fuego para la administración del Presidente Enrique Peña Nieto. Un triunfo tricolor implicará una significativa victoria para un mandatario en busca de su plena legitimación, mientras que una derrota marcaría el inevitable ensanchamiento de la “sana distancia” entre el Ejecutivo y su partido, en aras del replanteamiento de estrategias. A menos que el PRI ya estuviese contemplando desde este momento ceder la Silla del Águila…
Con un escenario completamente adverso, tras las evidentes fracturas generadas por los episodios del Pacto por México y el vergonzoso expediente de Iguala Guerrero, es previsible que el PRD vea en la ruta electoral la tabla de salvación que ponga freno a la espiral de caída trazada –aunque muchos perredistas no lo reconozcan- a partir de la salida de Andrés Manuel López Obrador, quien, por cierto, tendrá en este proceso electoral la oportunidad inmejorable para enseñar el músculo de su herramienta política personal, que al final de cuentas es el espíritu bajo el cual fue concebido el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA).
Y si hay un partido urgido de victorias, en el terreno que sea, es el Partido Acción Nacional (PRI). Pese a las bravatas de sus dirigentes, la realidad es que el blanquiazul no ha podido levantar la testa desde que fue expulsado de Los Pinos por la vía electoral, por lo que es previsible que sus huestes cacarearán hasta la afonía cualquier triunfo que lleguen a obtener en el proceso electoral que se avecina, sea cual sea su ubicación y costo político.
Hay un elemento que no se debe perder de vista en el actual estado de cosas que vive el país: los momentos de elevada agitación social han terminado fortaleciendo la presencia electoral de la derecha. Y para ello hay dos sencillas razones: en primer lugar, la evidente división y falta de organización que prevalece en las izquierdas; y en segundo término la movilización del llamado “voto del miedo”, por parte de los sectores conservadores que consideran que un voto a favor del PAN o del PRI marca su distancia en relación a los movimientos radicales que sistemáticamente recurren a las marchas, bloqueos y las acciones de vandalismo como método de expresión político. Y para quienes no lo creen, sólo les pido que recuerden quién se llevó los triunfos en las urnas después del alzamiento zapatista de 1994…
En fin, la elección está a la vuelta de la esquina y corresponderá a los ciudadanos seguir de cerca los acontecimientos para evitar que esto termine convertido en una auténtica guerra de lodo, o lo que es peor… en la Madre de todas las Madrizas…
ÁRBITRO EN DUDA: Por cierto, este proceso electoral también representará una valiosa oportunidad para poner a prueba al renovado Instituto Nacional Electoral, así como a sus consejeros.
Y como dicen que en juego que tiene desquite ni quién se pique… pues también en estos terrenos ha comenzado la guerra de lodo.
Por ejemplo, en el Consejo Distrital Número 4 con cabecera en Matamoros, en días recientes le han tupido severamente a los consejeros electorales Esteban Díaz Serrato y Armandina Escamilla, por sus presuntos vínculos con el PRI. Sin embargo, se debe hacer notar que los representantes partidistas en los que recaerá evaluar la permanencia de los representantes ciudadanos, tampoco sobresalen por su profesionalismo y desapego a intereses coyunturales, por lo que, lo deseable sería que si se encuentran elementos de peso para remover a estos dos representantes, para ocupar estos espacios se designe a ciudadanos con la formación y perfil necesarios para conducir el proceso con imparcialidad y profesionalismo. Ya es tiempo de que en Matamoros los órganos electorales comiencen la ruta a su verdadera institucionalización, y dejen de funcionar como cofradía de cuotas e intereses de los partidos políticos según sus conveniencias. ¿Queda claro?
DE BOTEPRONTO: Pues muy a su modo, pero lo cierto es que el ex alcalde de Matamoros Erick Silva Santos ha dado la cara en torno a las delicadas acusaciones que pesan en su contra. Otros actores políticos deberían tomar nota, ya que cada día que una acusación grave se queda sin respuesta, representa ceder el control de la agenda a los detractores.
El caso de Erick Silva es complicado por sus implicaciones internacionales. Pero reiteramos: aquellos que creen que el ex alcalde se caerá sólo, definitivamente no han seguido de cerca los acontecimientos políticos de los años recientes en esta frontera…
Por el momento es todo. Agradezco sus comentarios y le espero en este mismo espacio el próximo viernes.
Correo electrónico: miguelangelisidro@hotmail.com
Twitter: @miguelisidro