Llama profundamente la atención el hecho de saber que, durante el llamado “Buen Fin”, ocho de cada diez compras se registraron, según representantes del comercio organizado, con tarjeta de crédito, atribuible a diversas razones.
Una de ellas, sin lugar a dudas es el hecho de que no hay dinero suficiente para enfrentar los retos y atractivos que nos lanzaron a través de ofertas, principalmente, pantallas y electrodomésticos, donde realmente se soltaron el pelo los comerciantes para ofrecer una serie de productos con distintos descuentos.
La idea de muchos de que se paga únicamente una parte al mes llamó poderosamente la atención, porque se piensa que no hay otra forma de hacerse de equipo electrónico de alto costo.
Otra, que pensamos, tuvo mucho que ver, es que la banca ha diversificado sus estrategias y ofrecido muchos meses sin intereses. Entendemos que la paga de intereses es lo que a muchos no s ha hecho entrar en cartera vencida y hasta cierto punto “quebrar” la economía familiar. El comprar a 12 o 18 meses al mismo precio es muy atractivo, más, cuando algunas instituciones ofrecieron la quita de una y hasta tres mensualidades, es decir, un descuento adicional.
Habrá quienes, al aplicar el banco correspondiente su descuento de las mensualidades de referencia tendrá oportunidad, con el pago de aguinaldos y más en diciembre ya entrante, de liquidar sus deudas y hacer de cuenta que adelantaron sus regalos de navidad.
Vimos muchas pantallas, tabletas, computadoras personales y de escritorio y otros equipos que por lo general piensa uno mucho en adquirir por su elevado coste, y no es tanto el importe sino que la economía nacional no se encuentra muy boyante que digamos.
Ya veremos las repercusiones del Buen Fin en los meses de enero a marzo del año 2015 seguramente, cuando quienes hayan hecho compras inteligentes no tendrán problema, no así una gran mayoría que cayó ante la tentación de adquirir lo que habían soñado en forma por demás fácil.
Los aguinaldos son una conquista laboral y se deben apreciar por lo que son realmente, para aprender a cuidarlos y aplicarlos en lo que mejor convenga a la familia y a la economía personal.
Es tiempo ahora de hacer cuentas y ver la manera en que pagaremos todos esos adeudos que hemos adquirido a plazos, y que no nos ahoguen dentro de unos meses, porque de por sí, es difícil obtener dinero hoy en día como para dejar que se vaya en pago de intereses que, en tarjetas bancarias resultan mucho muy elevados.
Las instituciones bancarias no son hermanas de la caridad, sino instituciones cuyo negocio es el dinero, de ahí que vendan dinero a precios a veces poco justos pero que hemos aceptado por la falta de efectivo. Así de claro.
Ahora vendrá la re-planeación de la economía y buscar la manera de hacer frente a los compromisos que se avecinan: inscripciones, colegiaturas y más para los hijos, con el consabido gasto que implican ls fiestas decembrinas, en las que los regalos y muestras de afecto las materializamos en dinero, en efectivo, en moneda, pues.
Deberemos ser muy cuidadosos para no entrar en carteras vencidas y orillar a la banca a volver a atosigar a sus clientes a través de esos inmorales bufetes jurídicos que no tienen mas ética que la de hostigar, molestar y manejarse al margen de la ley con amenazas veladas o manifiestas, con cobros fuera de horarios y días laborales y con todas las estrategias cuyo objetivo es recobrar lo prestado.
Todos aprendemos de muchos errores, y quien no lo hace muestra la poca inteligencia en sus finanzas. Nadie somos expertos en el tema, por lo que deberemos tomar el Buen Fin como un “diplomado exprés” de cómo cuidar nuestro dinero, nuestro patrimonio que, finalmente, es de los hijos, para quienes trabajamos y a quienes nos debemos en gran parte.
Ojalá la resaca del Buen Fin no ahogue a nuestros coterráneos, y se pueda hacer un buen empleo del recurso.
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