Carlos Canturosas
A Nuevo Laredo llegó la calaca
para llevarse al alcalde al panteón
decía a fuerte grito la mendiga flaca
que en sus tumbas necesita acción.
“De este pueblo me han dicho muchas cosas
que el cambio llegó y que todo va en serio
de la mano de un tal Carlos Canturosas
así que vengo por para llevármelo al cementerio”.
Y sin decir más llegó a la Presidencia Municipal
donde el alcalde se disponía a trabajar
“ya no serás de Laredo la imagen principal
pues en el camposanto te vas a quedar”.
“¡Chin!, no me lleves calaquita no seas gacha
mira que apenas llevo de servicio un año
me faltan dos y tengo mucha talacha
no seas así no me hagas ese daño”.
Pero la muerte a Carlos le hizo ver su suerte
y sin ninguna compasión se lo llevó al panteón
donde ya organiza un nuevo cambio
y de gobernar el camposanto tiene aspiración .
El pueblo añora al mejor de sus presidentes
todos quedaron tristes y dolientes
incluso aquellos que fueron “pen…itentes”
los que se conocen como los “malquerientes”.
Chava Rosas
Al Congreso del Estado
llegó la muerte condenada
buscando a un diputado
cuya suerte estaba echada.
“¿Chaparro donde te encuentras?
a ti te hablo Chava Rosas
vengo a rendirte las cuentas
y a sepultarte en mis fosas”.
“Por andar de traicionero
y de chapulín político
serás huésped panteonero
por mucho que te creas rico”.
Y así Chava el desleal
ya descansa en fría tumba
y hay quienes dicen que es real
que un lúgubre lamento retumba
del espacio en que fue sepultado
lloriqueando haber sido un renegado.
Síndicos y Regidores
A la Presidencia Municipal hizo su arribo la muerte
con su vestimenta blanca y la malsana intención
de encontrar a los ediles y hacerlos ver su suerte
para llevárselos a todos con rumbo al panteón.
Llegó derechito al área de síndicos y regidores
valiéndole un hueso que las puertas tuvieran clave
“nada evitará que me lleve a estos habladores
que juran tener puertas abierta y cierran con llave”.
Y así pues la flaca empezó con su colecta de huesos
Mariano Gamboa, Ofelia Arredondo y Pérez Santos
fueron los primeros que recibieron sus fríos besos
y a las tumbas los cargó sin importarles sus llantos.
Al escuchar alboroto salió el síndico Jorge González
topándose a la muerte que dijo “de mi panteón ya no sales”
y misma suerte corrieron Alexander y Maru Gonzalez
al igual que Fabián, Echartea, Richer y Pola Carrizales.
Siguió la parca en su andar presurosa
cargándose a Luis Talamas y Jaime Mendoza
y aunque Tejada Lara decía no haber hecho nada
“por eso mismo te llevo”, le dijo la condenada.
La calaca no respetó la experiencia de los años
y así cargó también con Don Héctor Bolaños
igual a Mónica Salinas e Ireri Calderón
junto con Mariza Zarate se las llevó al panteón.
Del fondo le gritaron “¡calaquita no te mandes!”
pero le valió y se llevó a Martha Fernández
para luego llegar de golpe y porrazo
echando al costal a Miguel Ángel Madrazo.
Muy salsas Hugo Galindo y Luis Cavazos
quisieron a la catrina agarrar a guamazos
confiados en poder darle una buena tunda
pero por su osadía ya descansan en la tumba.
Tratando de salvarse Heriberto Cantú
se le quiso poner a la huesuda al tú por tú
igual que el síndico Martinez Santoyo
pero a los dos se lo llevo directo al hoyo
diciendo “me vale que sean periodistas,
del PRI, del Verde, del PANAL o panistas.
Hoy todos los miembros del Cabildo moran
en funestas y frías sepulturas del camposanto
ya de ellos ni los recuerdos afloran
de nada les valió el proyectarse tanto.