Creo que todos, pero todos los pobladores de la tierra, deseamos, queremos, ambicionamos, que nuestro habitad perdure y se conserve como el mejor: es parte de nuestro entorno y dañarlo, a la postre, significa que dañamos nuestras propias expectativas de vida, si no la de nosotros, si de aquellos que serán parte de las nuevas generaciones. Y en estos días, la mariposa Monarca, que llega a Tamaulipas, nos recuerda el compromiso que tenemos con la vida.
La monarca es una mariposa preciosa. Viaja desde Canadá hasta México, exactamente hasta Michoacán, donde se considera que esta su santuario, es decir, su último lugar; para llegar a ese punto, significativo para su reproducción, requiere de pasar por muchos lugares, entre ellos, nuestro Estado: los lugares más conocidos, al menos hasta ahora, se ubican en Jaumave, en varios de sus ejidos.
He tenido la oportunidad de estar en el Ejido Ávila y Urbina, uno de los puntos geográficos por donde pasa la mariposa monarca; es bueno darse cuenta que, por ejemplo, el gobierno del Estado a través de la SEDUMA (Secretaria del Medio Ambiente) ha creado apoyos específicos como convenir con los campesinos la siembra de una planta, conocida como falso girasol, porque es propicia para que la mariposa pernocte y pueda continuar con su recorrido hasta llegar a Michoacán.
Veo, me entero pues, que la SEDUMA y el gobierno municipal de Jaumave realizan el Segundo Festival de la Mariposa Monarca, va del 29 de octubre al 8 de noviembre del presente año. Lo fuerte del evento será un concurso de fotografía y dibujo, también harán exposiciones y venta de artesanía en Jaumave como baile de disfraces, altares de muertos y, sobre todo, visitas guiadas a los puntos de observación, como son, por decir los Ejidos Matías García, Magdaleno Aguilar y el de Ávila y Urbina, todos en Jaumave.
Dentro del programa del II Festival de la Monarca en Tamaulipas se encuadra un concurso de fotografía, que exige que las misma sea tomada del día 29 al 5 de noviembre, lo que implica que estos días habrá –por así decirlo-, buena cantidad de personas, hombres y mujeres, niños y adultos, que aprovecharan el fin de semana para recorrer esos lugares, observar y, claro, tomar las fotografía pertinente para participar.
Gracias a mi afición a la fotografía de naturaleza he podido constatar que el número de asistentes puede ser considerado alto. Y es que, además, la SEDUMA ha instrumentado que en La Florida haya un punto de convergencia donde iniciaran visitas guiadas a los lugares en cuestión. El alojamiento ya está saturado y conozco, a más de uno, que tiene organizado hacer la visita. Y esto, precisamente, me da un temor: el daño al medio ambiente que se ocasiona con aglomeraciones humanas en unos y otros lugares en detrimento de lo que se pretende proteger.
Y es que es loable que el gobierno, sea estatal o federal, realicen acciones de protección; que hayan capacitado a los campesinos para que sean guías turísticos y ecológicos; mas sin embargo, hasta donde sabemos no hay capacitación para la población, para aquellos que –sean o no fotógrafos, van a estar presentes: me basta mencionar lo que sucede en las Cascadas de Juan Capitán, en el Las Pilas de El Roble, entre otros lugares: los visitantes disfrutan el lugar pero no son capaces de cuidarlo, de mantenerlo en perfecto orden y limpieza… ¿pasara lo mismo con Ávila y Camacho?. Por cierto, allá nos vemos y nos saludamos.
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