El proceso electoral del 2015 ya inicio, al menos ya la autoridad electoral, da sus primeros pasos en ese sentido. Ya se informo, por ejemplo, que ahora se va a insacular el 13 y no el 10% de los ciudadanos que pueden ser funcionarios electorales. Y en los partidos políticos, también se dan movimientos, una especie de síntomas electorales.
En el caso del PRI como que de pronto les dieron un estate quieto. Salieron mas y mas nombres, pero el caso es que José Parcero López, el delegado, hizo notar que distrito tras distrito o municipio hay más de 100 aspirantes. Sin embargo, en el caso de Victoria, Felipe Garza Narváez de la impresión que ya se replegó, o replegaron, a partir de que se repite aquí y por allá que la “Beba” viuda de Torre, es un extraordinario activo del PRI para la diputación federal.
Rafael González Benavides esta, como diría Antonio Martínez Torres, afilando la navaja, haciendo flechas, preparándose para la guerra electoral; por ello, en la práctica, ya puede presumir que tiene un partido renovado: en la estructura municipal, en la sectorial y en la de otras organizaciones, como la juvenil y el de las mujeres. Claro, falta lo más elemental: que trabajen, porque la simulación lleva a derrotas.
Hay mucho movimiento, sin embargo, en el PAN. Y todo porque ya se está cocinando la convocatoria para elegir al nuevo dirigente estatal. Recuérdese Fonseca renuncio porque quiere ser diputado federal y al mando quedo Pablo Cantú Hinojosa. En redes sociales, por ejemplo, ya se promociona Juan García Guerrero con el lema: Fuerza, Honestidad y Confianza. Nadie más, de manera pública y abierta, ha dicho que aspira a ser el nuevo dirigente estatal panista.
La noticia del PRD es solo una: con vistas a la elección del 2016, que será de gobernador y como de alcaldes y diputados locales, ya le coquetea al PAN. El presidente del PRD Cuitlahuac Ortega Maldonado, sin ruborizarse, afirma que su proyecto para el 2016 es ganar la gubernatura con el PAN. Así lo hicieron, recuérdese, en Oaxaca y en Guerrero y los resultados, la verdad, la verdad, no han sido como uno los imagino. La prueba es que el de Guerrero ya renuncio.
Obvio, el PRD busca esa alianza porque sabe que no tiene la menor oportunidad, mas ahora que en las boletas aparecerá MORENA, es decir, sabe que van a perder votos. Y en el caso del PAN, la realidad es que están crecidos –con cierta razón-, tomando en cuenta que en Matamoros como en Nuevo Laredo, dos gobiernos panistas, apuntan una potencial candidatura a gobernador.
El hecho de que haya certeza, entre los analistas y especialistas, en que en Matamoros, Nuevo Laredo y Tampico, el PRI no tiene nada que hacer en el 2015 –menos en el 2016-, hace más interesante la lucha interna por la candidatura blanquiazul: se entiende que el mejor posicionado es el senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca; sin embargo, ya Carlos Canturosas, el alcalde de Nuevo Laredo, destapo sus aspiraciones políticas; no lo hace aun Leticia Salazar, la alcaldesa de Matamoros, pero el hecho innegable de los espectaculares repartidos a lo largo y ancho del Estado, solo dice una cosa: también ambiciona ser gobernadora de Tamaulipas.
Para el gobernador Egidio Torre Cantú, como primer priista del Estado, la elección federal del 2015 será una especie de campana, de advertencia, para que mida cual es el posicionamiento real de su partido y, a partir de ahí, tomar las medidas pertinentes, reforzar la estrategia, modificarla o de plano cambiarla, porque con la elección del 2016 estará en juego su trascendencia, la consolidación de un proyecto político.
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