Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Cada persona, cada niño que se encuentra en la calle tiene una historia de vida, la mayoría de las veces una historia de maltrato y dolor que lo llevaron a abandonar su casa, parte de esa realidad retrata la obra “Los niños perdidos.
Esta puesta en escena que se presente en el Auditorio Alberto López forma parte de las actividades que se desarrollan en Ciudad Victoria dentro del 5º Festival de Teatro Nuevo Santander.
Durante más de una hora en un monólogo el actor Esteban Castellanos lleva al espectador a adentrase en posibles causas que provocan que muchos niños o “chamacos” como se dice en la obra, decidan abandoner sus hogares y preferir vivir en la calle.
La puesta en escena es una adaptación del cuento “Pinches Chamacos” del escritor Francisco Hinojosa, la cual es mismo Esteban Castellanos adaptó, además de ser el actor y director de la misma.
La obra narra la historia de tres chamacos el protagonista y sus dos amigos Rodrigo y Mariana. Son un grupo de chicos traviesos que son maltratados por sus padres. Un día encuentran en el patio del edificio donde viven unos huesos y después una pistola que deciden venderla al señor de la tienda.
Tiempo después se escapan de su casa, sin embargo son asaltados y regresan con el señor que tiene el arma para robársela. Es aquí donde de una manera inocente y sin la malicia de medir sus actos comienzan su camino de asesinatos, matando al tenderlo y posteriormente a otras personas.
Es así como estos tres niños empiezan a tener una visión distorsionada de la realidad y de alguna manera justifican el asesinar a las personas. Hasta que un día el papá de Mariana los encuentra y los regresa a sus casas, recibiendo una buena golpiza de sus padres, solo que esta vez uno de ellos será la próxima víctima.
Al final la obra “Los niños perdidos” presenta una propuesta de crítica social, pero sobre todo busca una reflexión en el espectador. Por una parte los maltratos que reciben miles de niños en nuestro país, muchos prefiere vivir en la calle y tener una infancia perdida.
Y por otra la terrible realidad de la violencia social que se padece, donde uno de los valores supremos como es la vida, parece no importarle muchas personas que consciente o inconscientemente disponen de la vida de los demás, simplemente por cumplir su necesidades.
