Nueva York (Notimex).- Con la creación de programas para deportar a indocumentados que cometen supuestos delitos, el gobierno de Estados Unidos criminaliza de manera creciente la migración desde México, apuntó el académico mexicano Rafael Alarcón.
Investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), en Tijuana, y actual profesor visitante en la Universidad de Columbia, en Nueva York, Alarcón dijo que durante la ultima década el gobierno de Estados Unidos se ha afanado en buscar argumentos para justificar la masiva deportación del país.
“Hay una criminalización de la migración indocumentada, y como se puede ver en las leyes, el gobierno de Estados Unidos busca todos los argumentos para deportar a los inmigrantes indocumentados por supuestos crímenes”, señaló.
En entrevista con Notimex, Alarcón aseguró que se ha popularizado ya incluso en círculos académicos el término “crimigración”, que parte de la fusión de la inmigración con la legislación criminal, y que entiende el cruce de fronteras esencialmente como un acto violatorio de la ley.
En una conferencia ofrecida la noche del martes en la Universidad de Columbia, Alarcón señaló que la criminalización de la migración se fortaleció luego de los ataques terroristas de 2001 en Estados Unidos, que originaron al Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Asimismo, fueron creados la sección 287g de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite a autoridades locales ejercer tareas de competencia federal en materia migratoria y en 2008 el controvertido programa Comunidades Seguras para deportar a inmigrantes criminales.
Bajo estos programas, el gobierno de Estados Unidos aceleró su tasa de deportación, además expulsa de su territorio a personas bajo la etiqueta legal llamada “remoción”, que implica que un inmigrante cometió un crimen y que cualquier intento de cruce futuro será considerado criminal.
Así, han sido “removidos” de Estados Unidos dos millones 618 mil mexicanos entre los años 2003 a 2013, lo que equivale a 21 por ciento de la población total de nacionales de México que radican en Estados Unidos.
Las remociones han sucedido pese a que la mayor parte de estos inmigrantes mexicanos no cometieron ningún crimen que justificara su expulsión como criminales, tal como demuestran numerosos estudios publicados en Estados Unidos, sino faltas administrativas menores.
Encuestas citadas por Alarcón mostraron que sólo 9.0 por ciento de los mexicanos “removidos” de Estados Unidos había cometido un crimen serio, como asesinato o violaciones, mientras que 44 por ciento había perpetrado crímenes como robos a la propiedad. El resto había cometido faltas mínimas.
De los inmigrantes deportados en fecha reciente, radicados en la “Casa del migrante”, en Tijuana, sólo 6.9 por ciento fue removido por un crimen serio de Estados Unidos. En contraste, 25.3 por ciento, había sido “removido” por haber cometido una falta de tránsito.
Alarcón consideró que la “remoción” ha sido concebida como una “solución definitiva” al “problema de los indocumentados” en Estados Unidos debido a que se cataloga a los inmigrantes como criminales para expulsarlos y se les castiga con severas penas en caso de regresar al país.
