Cuando se trabaja para buscar el posicionamiento político, se echa mano de todos los recursos, y lo que nunca debe perderse de vista es el objetivo que lleve a la gente a lograrlo; en ese sentido, quienes han hecho de la política su modo de vida lo saben y tratan de hacer valer sus argumentos, para luego llevarlos a la práctica y, entonces, convertirlos en acciones congruentes que convenzan a la gente y reafirmen su decisión de haber votado por ellos.
Así es y ha sido: se busca convencer para ganar, y ganando, se busca consolidar el trabajo que se lleva a cabo, en una tarea que a veces resulta difícil, pero finalmente será satisfactoria porque se cumple con los objetivos propuestos.
En el caso del Partido Revolucionario Institucional, el presidente en Tamaulipas, Rafael González Benavides sabe que vienen tiempos difíciles pese a que una desmembrada y desunida oposición les facilita el trabajo: el hecho de que los miembros de las tribus de Acción Nacional se comporten como verdaderos miembros de una tribu ayuda y mucho a sus opositores. Otros institutos políticos no tienen la fuerza siquiera para pensar que pudieran aspirar al triunfo.
En ese sentido, los priístas siguen haciendo un trabajo de penetración social, tratando de dar respuesta a las demandas populares con la idea de que en los próximos comicios, inmediatos o a mediano plazo, puedan aspirar a obtener una inobjetable victoria.
¿Que tienen sus errores? Nadie dice que sea un partido perfecto o que todo lo que hacen sea positivo y no tenga “pelos en la sopa”, pero lo rescatable es que González Benavides sabe que tienen que evaluar, atender, analizar y enderezar lo que se tuerce o enmendar lo que no resultó como se planeaba.
Ese es el arte de la política encaminada a la tarea social que se lleva a cabo diariamente, a través de un partido político que sigue siendo dominante en Tamaulipas y que tiene la fuerza para seguir siendo el que encabece las preferencias ciudadanas.
En ese sentido, siguen llevando a cabo reuniones con cuadros municipales y distritales, con dirigentes de sectores y militantes, para poder tener una panorámica completa de la realidad que se vive en Tamaulipas, y poder ofrecer una atractiva propuesta política que tendrá su eco en los comicios, en cada voto que se genere a favor de ellos, o los que se puedan perder, para saber cuáles son los riesgos de esto último y tratar de evitarlo.
No es fácil, y González Benavides lo sabe, y por eso ha echado mano de importantes personalidades no solamente de la política sino de la sociedad tamaulipeca, a manera de reforzar las propuestas y acciones, para que puedan tener la congruencia que buscamos los tamaulipecos, los ciudadanos comunes y corrientes que salimos a las calles y padecemos las carencias o disfrutamos lo que se lleva a cabo y la manera en que se realiza.
Es por eso que los cuadros fundamentales del instituto político deben ser congruentes con la política no de su dirigente, ya que él es el reflejo de las necesidades y demandas de la sociedad: la congruencia debe ir de la mano con lo que queremos ver hecho realidad los votantes, los que les daremos la confianza para gobernar y para gestionar a nuestro nombre.
Que no es fácil la labor, Rafael lo sabe, por ello se ha propuesto incorporar a su gran experiencia la de otros políticos que saben lo que hacen, porque entiende que los comicios se llevan a cabo para participar, y quien participa debe ganar, porque de otra forma no se puede concebir a un político conformista y chambón que únicamente busque conservar el registro.
González Benavides ha dicho a sus allegados que va “por todas las canicas”, y para ello está trabajando a marchas forzadas, con la mentalidad que se requiere en aras de seguir siendo la fuerza política dominante, aunque les pese a algunos agoreros de las desgracias y los desastres.
Pero no se deben confiar, porque en esto hay muchas sorpresas, pues.
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