No me cabe la menor duda: Arturo Mora Olivo y Blanca Zapata merecen el reconocimiento, un aplauso pues, por el trabajo que realizan y que se puso en evidencia con el Primer Simposio de Investigación “Laguna Madre y Delta del Rio Bravo”, que se realizo del 8 al 10 de octubre en el Centro Cultural Tamaulipas. Los resultados ahí consignados, de ser difundidos, deben crear más y más conciencia respecto al cuidado de la naturaleza.
Debo confesarlo: por la naturaleza de los contenidos ahí desarrollados no hubiera asistido, no son –vamos pues-, de mi interés inmediato; sin embargo, a partir de que practico la fotografía de naturaleza trato de entender, de conocer, los contextos y circunstancias de las cosas que encuadro en la lente de mi cámara. Por eso asiste, y no me arrepiento…como creo, no se arrepiente ninguno de los asistentes.
La difusión de las investigaciones científicas es necesaria, pertinente. Creo que Arturo y Blanca iniciaron con el pie derecho al organizar el Primer Simposio de Investigación; ahora el siguiente paso es ampliar esa difusión, hacerla extensiva a otros investigadores e interesados, mediante la distribución del material e incluso hasta hacer una publicación de las conferencias magistrales como de las ponencias presentadas.
Debo confesarlo: por mi actividad docente tengo la costumbre asistir a conferencias. En las conferencias de corte político, social y económico, como las que han Ricardo Uvalle Berrones o Mauricio Merino, prácticamente salgo enojado; la claridad de sus explicaciones nos llevan, inevitablemente, a pensar que tenemos malos gobernantes, que la corrupción es un mal de mil cabezas… terminas creyendo que los servidores públicos son corruptos, ineficientes y que su vocación es robar.
Al escuchar ahora conferencias y descubrimientos científicos de la naturaleza, de la flora y de la fauna, miles de pensamientos inundan mi cabeza. Y entre ellos, destacan el preguntarme: ¿Por qué no logramos entender a la naturaleza? ¿Por qué, en cada acción, directa o indirectamente, afectamos su desarrollo, su evolución y, en ciertos casos, determinamos su muerte?
El Dr. Enrique Martínez Meyer dicto la conferencia magistral “El paradigma de la conservación estática en tiempos de cambio ambiental acelerado”. Sus descripciones, sus explicaciones, nos llevan a una situación especifica: el deterioro del ambiente, su aceleración, está modificando la temperatura y las consecuencias son prácticamente inevitables: al extinción de especies, al grado que tiene el pronóstico de que en un momento dado, si seguimos igual, habrán de terminarse.
Arturo Mora en calidad de Director del Instituto de Ecología Aplicada de la UAT es enfático en las consecuencias de las investigaciones: tienen que incidir en las leyes que tienen aplicación en la regulación de los límites permisibles de contaminación. Obvio, es el deber ser aras de una protección de la naturaleza, pero está comprobado: la modernización, el turismo como negocio, por dar un par de ejemplo, son motores para la destrucción de la naturaleza, sea modificando su entorno o de plano eliminándolo.
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