El problema que han dejado las lluvias en la capital tamaulipeca es, sin duda alguna, mayúsculo: el vado que conecta a la colonia Moderna y otros asentamientos humanos con el centro de la ciudad ha tenido una recaída mortal, y se requiere una solución inmediata y hasta donde se pueda, permanente.
No se puede pensar en remendar una obra que resulta difícil de reparar por su naturaleza. Es probable que los expertos en obra pública hayan considerado ya la construcción de otro puente alterno, es decir, si no necesariamente sobre la avenida que hoy ocupa, sí a un lado o algo por el estilo. Ellos sabrán y buscarán la mejor de las soluciones que, la presidencia municipal tendrá que enfrentar, claro –y lo sabemos- con el apoyo del gobierno estatal, por la magnitud de la obra y el coste que implica la misma.
Suponemos –sin conocer a fondo la historia- que los puentes del 17, de la avenida Juan B. Tijerina y el mismo nueve tuvieron en una parte de su historia problemáticas similares, hasta que la autoridad construyó una obra que ha permanecido a través de los años. En el caso del 17, lo único que acontece es que al crecer el cauce del río San Marcos el agua sobrepasa su nivel y se convierte en un serio problema.
No se trata de crucificar a la autoridad: entendamos que los problemas en su mayoría son herencia de otros tiempos, otras administraciones, y de alguna manera, causa del tiempo que implacable ha acabado con muchas de las obras. Los puentes de conexión deben pensarse con toda la ingeniería moderna posible; seguramente será una obra que permanezca en la ciudad y al poco tiempo se olvide quién la construyó, pero los ciudadanos hoy afectados recordarán estos tiempos como los que orillaron a una solución extrema y definitiva.
El alcalde Alejandro Etienne Llano tiene conocimiento de la problemática; desconocer lo anterior sería pecar de injustos. Hay que pensar que se requiere de un plan de emergencia, y de dinero, porque sin éste, el “maldito” dinero, no se podrá hacer nada.
Somos de la idea de que ya se plantea una solución a este problema y no precisamente porque vaya a haber campañas electorales como muchos agoreros de las malas noticias lo manejan: es una necesidad de la comunidad y como tal se atenderá, de ello estamos seguros.
¿Cuándo? Dependerá de varios factores, pero tenemos la idea de que ya se trabaja en el proyecto mencionado, y pronto habrá noticias que, de alguna manera, dejarán satisfechos a los pobladores de aquella zona de la ciudad.
Hay que entender que cuando inicien las obras habrá obstrucción de algunas calles y más, y tendremos que soportar todo lo anterior en aras de que se solucione este viejo problema, pero de que lo hará esta administración, entendemos que será de esa manera, con el apoyo, obviamente, del gobernador Egidio Torre Cantú.
Y como esta obra es urgente, es probable que la calendarización de otras tenga que aplazarse y en algunos casos dejarse para mejor ocasión. Eso lo tenemos también que entender, porque no se puede, desgraciadamente, atender todos los problemas, no en un tiempo de recesión donde el dinero es lo que menos circula por nuestras entidades y la crisis hace mella en los hogares y en las arcas de las autoridades de casi todos los niveles.
No ha habido oportunidad de charlar con las autoridades municipales pero finalmente no tienen por qué justificarse con los periodistas o los medios: deben hacerlo con quienes tuvieron la confianza de votar por ellos y también, por qué no decirlo, por los que no lo hicieron, que entregaron el sufragio para otra fuerza política, y que hoy son parte de nuestra sociedad.
La autoridad gobierna para todos independientemente del color de sus ideas políticas, y eso, eso debe quedar muy claro.
Solo esperamos tener pronto la información del inicio del proyecto, del concurso y la ejecución de la obra para que nuestros conciudadanos sepan que se trabaja para todos, y que para un gobierno no hay distingo de clases, que todos somos importantes en el contexto social.
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