Nos quejamos de muchas cosas: somos especialistas en ello, porque nuestra naturaleza nos lleva en ocasiones a criticar a los que están donde probablemente hubiéramos querido estar, y en ese sentido, hay mucho qué hacer. La función pública no es fácil, pero para eso está quien se dedica a ello.
La pérdida de una placa implica una serie de trámites que nos ha dejado sorprendidos positiva y negativamente.
Llegar a las agencias del Ministerio Público y sacar la ficha, esperar a que nos tomen los datos, luego, la otra ficha para que nos pongan el sello; en seguida hay que ir a dejar la hoja a otra oficina y finalmente, se tiene que ir a Tránsito Municipal y la Policía Federal a dejar copia y constancia del extravío –o robo- de la mencionada placa.
Qué bueno llegar y ver que las oficinas de la Procuraduría son ahora limpias y ordenadas, sin embargo, es triste o desconsolante asumir todo trámite tan especialmente “gorroso”, porque hay que ir y venir una y dos y tres o cuatro veces. Podría haber una simplificación al respecto y que no nos hicieran ir y venir tantas veces.
Destacable es la actitud de los trabajadores de la Procuraduría, porque ahora son amables, y eso se debe a la instrucción del procurador Aquilino Sifuentes, a las instrucciones del gobernador Egidio Torre, pero sobre todo, a la actitud que han asumido algunos servidores públicos.
Entendieron que son eso: servidores públicos y están haciendo su trabajo de la manera más adecuada posible, o al menos, nos ha tocado gente amable, con criterio y educación, y que nos ayudan en una adecuada orientación. En ese sentido, una “paloma” y un diez de calificación.
El orden en que se encuentran hoy en día las oficinas también es justo reconocerlo, porque sin ello no sabríamos qué podría suceder; antes, daba miedo entrar a esos sitios, como si fueran una cueva de otra cosa.
Insistimos en que han entendido lo que es ser un servidor público y eso hay que destacarlo y aplaudirlo, porque no es fácil llegar y tener que atender a tanta gente con criterios y formas de expresión distintas. Claro: para eso se les paga, pero qué bueno que hacen bien su trabajo.
Luego, en Tránsito Municipal también se han arreglado las cosas y han cambiado: hay mucho qué hacer todavía y eso lo saben el alcalde Alejandro Etienne Llano, el procurador Aquilino Sifuentes y los encargados de la Policía Federal Preventiva, donde no está el orden como debiera, pero finalmente pueden atender al ciudadano.
Entendemos, sinceramente, que hay muchas cosas que deben cambiarse, pero también destacamos los aspectos que han mejorado notablemente.
Bien por ellos, pero hay que pensar en seguir avanzando, en mejorar aún más, porque falta mucho por hacer.
La administración pública es un “monstruo” gigantesco que debe cambiar y hacer sus cosas adecuadamente: hay de todo, como en botica, y el cambio de mentalidad debe venir desde que nos contratan y queremos laborar dentro de alguna de sus muy diversas áreas.
Es poner a la gente adecuada en el lugar adecuado, nada más.
Pero creemos que es justo que estos trabajadores del estado de Tamaulipas sean reconocidos cuando se hacen bien las cosas: agradecer lo que se recibe es una virtud humana que poca gente desarrolla. Si, es su trabajo, su obligación, pero una cara amable permite avanzar mucho y a cualquiera nos gusta recibir una sonrisa antes que un ceño adusto y un trato despótico.
Ahí se puede trabajar mucho en los cambios de actitud a base de programas de estímulos que, seguramente, habrán de instrumentarse poco a poco.
Por lo tanto, ya está el trámite de la famosa “placa”, y ahora hay que cuidar que las cosas sigan mejorando, virtud humana que debemos seguir desarrollando.
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