Washington DC.-
El ser humano no puede captar dos ideas al mismo tiempo, por eso en mi clase está prohibido el uso de celulares, el ser humano en sentido figurado es como el limpiaparabrisas o se mueve para un lado o para el otro, pero no puede hacerlo al mismo tiempo para ambos lados, había dicho tras entregarle a un compañero una tarjeta amarilla –como las de amonestación-.
Ese día había llegado tarde, no alcanzaba a comprender muy bien cuál era el asunto, pero mientras prendía mi computadora, ese hombre que vestía un traje blanco, camisa rosa, una corbata entre rosa fuerte y roja y zapatos cafés y el pelo revuelto, repitió de nueva cuenta sus reglas.
Fueron 90 minutos en los que tuve que vencer la tentación de estar checando los dos celulares… pero antes me pregunté ¿y este hombre quién es?
Edward Grefe, profesor en The Graduate School of Political Management de la Universidad George Washington, especialista en movimientos de bases (grassroots politics) y con más de 35 años de experiencia y con unas 300 campañas en su haber hablaba precisamente del tema que domina.
Para él, lo más importante para lograr tener un movimiento o una red social que apoye las propuestas de un candidato, se centra en escuchar y convencer.
Luego vendría el proceso de organización de esas bases, pero en cada paso, cada uno de los que la integran deben de sentirse incluidos.
“Con eso podremos mover masas”, dijo al auditorio en el Seminario Ejecutivo en Campañas Electorales.
Para Grefe, también es importante que haya una correlación al 100 por ciento y con ello fortalecer una relación primaria. “La política es la familia en grande, multiplicada por muchas familias”, puntualizó en parte de su charla.
En eso alguien más se le ocurrió utilizar frente a él su “teléfono inteligente”, como fiera herida se fue directo contra quien osó en truncar sus reglas “A Usted qué tarjeta quiere que le dé”, le preguntó y hubo una justificación “Hago anotaciones profesor”. Mi celular extrañamente no dejaba de vibrar.
Por fin alguien preguntó “Profesor ¿qué opina usted de los políticos que nunca sueltan su celular cuando se habla con ellos?”.
Tras esperar la traducción, respirar y acomodarse el cabello revoltoso responde con otra pregunta:
¿Les importa –a los políticos- los demás seres humanos?
Luego contundente responde: Es una forma de desconectarse y no escuchar a los demás.
En campañas muchos políticos se esfuerzan por intentar aparentar que escuchan y están interesados en las demandas de la población, pero cuando se encumbran tal pareciera que se les olvidó que siguen formando parte de una sociedad y que gracias a un movimiento que se sintió identificado con sus propuestas logró un triunfo electoral.
En los peores escenarios para un político es que al dejar de escuchar, podría provocar que esa misma base se organice y se olvide de él como líder.
Su vida política estará entonces expuesta a la dirección que lleve el viento… si va a su favor bien, pero sino, perderá el rumbo.
“Si se quiere que el político se comprometa, se tiene que movilizar a la comunidad”.
Esta expresión la endulzó con la caricatura del político que dice “Tengo que apurarme, porque yo soy el líder y la masa avanzó”.
Y entre las peores cosas que podrían pasar es que al dejar de escuchar, las mismas personas que lo encumbraron le entreguen una tarjeta, no amarilla, sino roja.
Comentarios: Twitter @Marco_Esquivel
PD.- Mis compadres y amigos pueden darme un chingazo si un día por checar mi celular pareciera que no me importaran… porque créanme no duraré en regresarles el madrazo sino me ponen atención. Gracias.
