Las lluvias que se presentan este fin de semana nos hacen recordar ese inestable cambio de clima, meteorológicamente hablando, que tienen relación con los ya nacientes frentes fríos que comienzan a registrarse: el número dos llega a la capital dejando humedad en todos los sectores, con los riesgos que implica para automovilistas, peatones, y un sinnúmero de personas que padecen en la humedad los estragos de la mala calidad en construcción, producto de la voracidad desmedida de quienes se dedican a fabricar viviendas de pésima calidad, vendiéndolas como si fueran realmente buenas, y que cuestan mucho dinero a los que cayeron en sus garras.
Es el clima con su lluvia que deja calles anegadas de charcos de agua tramposos, no visibles, que con el agua ocultan su verdadero peligro: no tenemos idea, al pasar por uno de ellos, cuán sea su profundidad y por consiguiente, el daño patrimonial o físico que se puede padecer.
Igual sucede en la política tamaulipeca: los cambios del clima son impredecibles: hoy, uno u otro llega con más posibilidades de ocupar uno de los cargos de elección popular que estarán en juego, pero intempestivamente puede surgir una “tormenta política” en la que con los estragos llegan disfrazados de truenos o rayos las envidias, golpes bajos, filtraciones de información perjudicial en forma por demás deshonesta y muchas cosas más.
Los aspirantes están expuestos a estos golpes bajos del “clima” que impera ya en la entidad.
Muchos, pero muchos se mueven en torno al gobernador Egidio Torre Cantú mostrando una lealtad que tiene dos rostros: la de los que forman parte de su política y equipo de trabajo, y la de los que, aunado a ello, comienzan a moverse sin importar si dentro de muy poco tiempo tendrán que asestar el traidor golpe por la espalda para lograr sus vanos propósitos, y verlos convertidos en una postulación.
Son los riesgos: nadie sabe dónde caerán los rayos, pero sí se sabe que cuando lo hagan, a falta de un buen pararrayos habrá desastres que afectarán por igual a unos y otros, y donde alguien saldrá malamente beneficiado.
Pero existen los que se manifiestan fielmente hacia su equipo político y trabajan para ganar honestamente. Tenemos buenos ejemplos en la política actual, y entre ellos, hay un buen dirigente partidista que trabaja con intensidad y vocación para sacar adelante su trabajo, o un líder del poder legislativo que en la medida que pasa el tiempo consolida más los comentarios populares respecto a que es la persona idónea para ocupar la candidatura que tendrá como corolario, aunque falta aún mucho, el puesto que hoy ocupa Torre Cantú y que se define como lo más alto del poder tamaulipeco.
Está en espera de una justa decisión que le lleve a la candidatura y a la gubernatura, donde muchos esperamos que, su trabajo como legislador, como funcionario en otras áreas cristalice en una merecida postulación.
Pero hay que enfrentar el clima político actual y proveerse de un buen “impermeable” cuya calidad sea más fuerte que la grilla actual, donde se mueven los que siempre han querido llegar sin méritos o con habladurías, y los que quieren,, también, hoy en día, ocupar cargos a base de traiciones, como suele suceder.
Es realmente interesante ver los nubarrones que se ciernen en el horizonte tamaulipeco, aunque todavía lo es más el hecho de saber que los que deben llegar siguen levantando vuelo, y los que se manejan por lo bajo de las nubes como animales rastreros lo siguen haciendo igual: de forma carroñera.
Aunque los tiempos de la política son muy precisos, porque tienen calendarización y fechas para cada cosa, sabemos que ya comienzan a moverse las primeras “nubes” que oscurecen algunos sectores y participantes, y otras que, sin embargo, son disipadas por un viendo de tranquilidad que da luz a sus protagonistas.
Son los tiempos de la política tamaulipeca los que se ciernen en nosotros, y para los que debemos estar muy bien preparados, porque, si nos descuidamos, puede caer uno de esos nefastos y dañinos “rayos” que destruyen… en lugar de construir.
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