El recuerdo de los héroes del Castillo de Chapultepec fue puesto de manifiesto este viernes con senda ceremonia en el Paseo Pedro J. Méndez de la capital tamaulipeca, donde autoridades civiles y militares y sociedad en general recordaron la gesta heroica de los adolescentes, miembros del H. Colegio Militar.
Valga el pretexto para recordar a los “otros” niños héroes que tenemos en la entidad, y que a diario se ganan la vida con un esfuerzo sobrehumano, haciendo una y mil cosas por trascender, por vivir… o más bien, por sobrevivir.
En ese sentido, hemos de reconocer el esfuerzo tan importante que se lleva a cabo a través de los sistemas municipales y estatal del DIF, así como instituciones de asistencia social y organizaciones no gubernamentales.
Está ahora muy de moda hablar de los niños migrantes, esos otros héroes que a diario se juegan la vida en un absurdo y obsoleto tren, en aras de llegar con sus familiares que viven en los Estados Unidos.
Provenientes, en su mayoría de Centroamérica, también sabemos que muchos son originarios de estados cuya forma de vida les hace emigrar para buscar un futuro que hoy no tienen y que quieren para sí mismos, escudados en un amor filial como buen pretexto que les permite ir en busca de papá o mamá, pero que realmente es una lucha por su propia libertado como lo hicieron los héroes de Chapultepec.
Hoy son los héroes de “la Bestia”, o de un difícil trayecto por el país hasta llegar a suelo fronterizo y buscar la oportunidad de burlar a los abusivos y prepotentes miembros de una policía migratoria estadounidense que, a diario, reporta capturas y repatriación de ellos.
Cierto, no tienen obligación de mantenerlos, pero por sentido común no se debe tratar mal a ningún ser humano, mucho menos a los pequeños migrantes, nuestros niños héroes de la frontera.
Y en el centro vemos a los que salen de casa con la esperanza de encontrar algo para comer y llevar a su hogar algunas monedas, so pena de ser maltratados si no lo logran.
Los vemos en las esquinas limpiando parabrisas o pidiendo limosna, vendiendo flores o cargando costales y bolsas en los mercados; también se les puede ver fuera de los restaurantes pidiendo “p’a un taco” o algo así, y otros, los más desafortunados, son alcanzados por las garras de la delincuencia que les convierte en parte de un organigrama que les da de comer… y pretexto para morir.
Los niños que requieren de más atención desde la casa y en la escuela, en la iglesia y a través de programas sociales debieran ser nuestra prioridad, ya que son y serán el futuro de cualquier comunidad.
Son los niños la parte medular más importante que tenemos obligación de cuidar hasta hacer el mayor esfuerzo posible que nos permita lograrlo.
Y resaltábamos la función social y humanitaria del DIF tamaulipeco, donde se apoya con diversos programas y líneas de acción a esta comunidad vulnerable y marginada, por una sociedad que se ha hecho indiferente a los reclamos infantiles, a los gritos de ayuda que a diario nos prodigan.
A esas tristes y hambrientas miradas que claman amor y atención, que requieren de alguien que les escuche y oriente en las decisiones que irán a tomar cuando sean mayores.
Son nuestros otros niños héroes, por quienes debemos de hacer algo distinto con mejores resultados, porque lo que hay no es aún suficiente que les permita vivir digna y decorosamente.
Es el día del recuerdo a los niños héroes, y un buen pretexto para asumir la responsabilidad, que debe nacer son los niños de casa para seguir predicando con un buen ejemplo, y entonces, ver los frutos tan importantes que podemos tener.
Los niños héroes de nuestra localidad son los que requieren atención. luchemos ahora por darles una vida digna y un futuro promisorio, y para ello, hay que trabajar muy fuerte.
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