Se depara para Tamaulipas un futuro ambicioso.
Es un Estado que abrió ya los ojos y que estira las manos para atrapar una buena oportunidad que lo invita a crecer, a consolidarse como uno de los pedazos de tierra más importante de México.
Una entidad, es, que de cierta manera vivió en la modorra, en la fatiga durante dos sexenios panistas que lo discriminaron, que intentaron hacerlo pedazos, en resumen, arrinconarlo como perro del mal.
Un Tamaulipas que estuvo a punto de resbalarse y caer en el precipicio, un estado que tuvo todo en contra, pero aún así, se mueve.
Tiempos difíciles vivió Tamaulipas y nadie lo puede negar, porque un día sí y otro también las circunstancias lo colocaron en las planas principales de la nota roja y en la lista que algunos monstruos de la comunicación que lo tacharon como un estado fallido.
Pero Tamaulipas poco a poco logro incorporarse, estiro los brazos y sacudió la cabeza y, ahora, allí está, dispuesto a aprovechar esa ganga que le puso en las manos el presidente, Enrique Peña Nieto, que es la reforma energética que apunta hacia el crecimiento en todos los sentidos, porque esta tierra, nuestra tierra, es petrolera.
Y no se trata de que Tamaulipas juegue a los pocitos petroleros como lo hacían los infantes de antaño, no, la cosa va en serio, porque el momento así lo obliga.
Este estado tiene una cabeza y es Egidio Torre Cantú, un ingeniero civil que le toco por destino gobernar en la época más difícil de Tamaulipas por las condiciones que muchos sabemos y que pocos, desconocen.
Tal vez otro hombre, sin el temple, la determinación y el tesón que ha demostrado Don Egidio en estos años de su gobierno, hubiera saltado del barco, pero no fue así, permanece maniobrando el timón.
Y no es el asunto lanzarle flores, loas, sino que se debe comprender que a nuestro gobernador le toco bailar con la más fea y, aún así, su intención de gozar de pie la pieza, la melodía hasta que termine, está firme.
Se abre para Tamaulipas una oferta que es única porque la reforma energética que él apoyo y que ahora promueve será benéfica para los empresarios, para los productores del campo, para los universitarios, para la generación de empleos y para que nuestro estado aproveche de una buena vez por todas y en orden el desarrollo energético.
Y en esta jornada, que titánica se antoja, Don Egidio no está solo, porque camina de la mano de sus gobernados, de su gabinete, de los empresarios y de los líderes que lo han acompañado en las duras y en las maduras.
Ya el tiempo dirá que tan acertado fue dar este significativo paso.
Porque no se debe juzgar entes de morder la manzana para saber si está dulce o insípida.
Duda, no existe, de que con esa reforma Tamaulipas puede sacar raja y convertirse en una viña, que lo pinte como el estado que todos deseamos, activo, altivo, firme, poderoso y, progresista, sobre todo.
Confiemos en que así será.
En que este sueño.
Se consolide.
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