…y tragedias estructurales, qué caray.
No encuentro otra forma de denominar al estrepitoso y espectacular derrumbe de gran parte del techo del estadio de béisbol “Praxedis Balboa”, mismo que se colapsara durante el paso de la ligera estela de lluvia que dejó la tormenta “Dolly” y que sin embargo, bastó para causar terribles estragos en nuestra ciudad capital.
Y eso que no entró parejo el agua; olvídense: no nos la acabamos. Con esa agüita tuvimos para que se cayera el malhadado puente de la entrada a la colonia Moderna, el cual es tiro por viaje: lluvias fuertes, caída del puente, reconstrucción mediocre y fallida, para que se nos vuelva a caer en la siguiente crecida del río. Ya nos la aprendimos.
Acá en la unidad deportiva, una vez caído la techumbre, resurgen los rumores para que de una buena vez se acabe de tirar el edificio y lo conviertan en ¡estacionamientos!, en desdoro del valor de identidad que el parque representa para los victorenses.
Los victorenses, los tamaulipecos en general, tenemos una noción de nuestro patrimonio arquitectónico demasiado endeble; tendemos a creer que si no es de la época prehispánica o virreinal, entonces ya no es patrimonio, que si no es edificio monumental o pirámide gigantesca, ya no cuenta, no vale.
Y así, en aras de una supuesta modernidad, que más bien huele a mercantilismo e intereses ocultos, se derrumban casas y edificios a diestra y siniestra, como si tumbar y construir fuesen la única solución, la mejor.
Creo que el estadio Praxedis Balboa es patrimonio de todos los victorenses, de los que juegan béisbol todas las tardes y de los que nunca se han parado por ahí; de los que van a ver los partidos o los espectáculos y conciertos que en él se realizan, tanto como de los que van a correr y a ejercitarse; el parque de béisbol es un trozo de la identidad de esta capital, que debe recuperarse, remozarse, adecuarse, pero jamás, jamás, derrumbar y borrar del mapa como si nunca hubiera estado.
Porque, ¿a dónde va a ir a toda la gente que ahí se reúne? ¿De veras creen que se van a mover hasta cualquier lugar alejado en la periferia donde “convenientemente” hagan las nuevas instalaciones?
Los centros históricos de las ciudades deben ser conservados antes que transformados fríamente en concreto y más concreto. Las ciudades están hechas para ser habitadas por personas, no por vehículos motorizados. Aun y cuando Ciudad Victoria es (o fue) la ciudad con mayor concentración per cápita de coches de todo el país, seguimos siendo más personas que carros, por lo que los esfuerzos deben de dirigirse hacia los que más ocupan del apoyo: los miles de usuarios de la Unidad Deportiva Adolfo Ruíz Cortines.
Porque si se trata de renovar, remozar, rediseñar, bien pudiera abrirse una consulta ciudadana para que sean los propios tamaulipecos quienes sugieran las nuevas vías para el desarrollo de sus ciudades, para la recuperación de sus espacios, para el diseño de su propia experiencia patrimonial de vida, porque somos lo que habitamos.
Pero ya sabe: eso digo yo…
LA CAJONERA…
1.- LA FRASE: “La mejor forma de preservar un edificio es encontrar un uso para él”. Viollet Le Due.
2.- UN TROZO DE POESÍA: “No cabe duda. Ésta es mi casa/ aquí sucedo, aquí/ me engaño inmensamente./Ésta es mi casa detenida en el tiempo.// Llega el otoño y me defiende,/ la primavera y me condena.// Tengo millones de huéspedes/ que ríen y comen,/ copulan y duermen,/ juegan y piensan,/ millones de huéspedes que se aburren/ y tienen pesadillas y ataques de nervios”. Mario Benedetti
3.- MISCELÁNEOS: Me cae bien Ricky Martin. Sobre todo por tener la atención de venir a Telerisa y dejar de ganar cientos de miles de dólares, a cambio de ser coach de La Voz México; me cae bien porque igual se codea con artistas de talla mundial -como lo es él mismo- en la versión australiana del mismo programa; así lo vemos cantar con la súper estrella Seal que con el Julión… la verdad, como siempre, Televisa hace lo que quiere con sus versiones de franquicias estilizadas a la región 4. Ya qué…
