El ferrocarril conocido como “La Bestia” --que tantas víctimas ha causado por sus constantes descarrilamientos--, es propiedad del grupo ‘Genesee & Wyoming Inc.” (de origen estadounidense) y, por lo tanto, es obligación también del consorcio, dar mantenimiento a las vías por donde se desliza cotidianamente (desde la frontera sur hasta el norte de nuestro país), sin importar que en territorio nacional opere bajo el membrete “Compañía de Ferrocarriles Chiapas-Mayab”.
Sin embargo el lunes que nos antecede el Gobierno federal anunció que invertirá cerca de 450 millones de dólares para rehabilitar las vías; al tiempo que ofreció evitar que los migrantes sigan abordando los vagones (¿por no pagar pasaje?) para transportarse rumbo a la Unión Americana.
Eso significa que, mientras la hambruna sigue azotando a pueblos y comunidades en todo México, ¡más de seis mil millones de pesos! serían destinados al apoyo de capitales extranjeros.
Con otras palabras, así lo dijo el subsecretario de Transporte Carlos Almada López, al detallar pormenores del Programa Frontera Sur, con el que se busca, supuestamente, impedir el traslado de indocumentados de origen centro y sudamericano, que por décadas han utilizado el tren para ir en busca del american dream (sueño americano).
“Vamos a reforzar la seguridad en vías e instalaciones ferroviarias, a fin de vigilar el tren con un mayor monitoreo y uso de tecnología y trabajo de inteligencia, para combatir a los traficantes de migrantes y pandilleros relacionados con ése delito”, comentó a su vez el coordinador Integral de la Migración en la Frontera Sur, Humberto Mayans Canabal, quien otrora fue acusado de malversar recursos públicos en su natal Tabasco.
Según él los operativos y las redadas son ya ejecutados por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y Policía Federal, para: “impedir que los extranjeros sin documentos monten el tren”.
¿Entonces quiénes sí se identifiquen podrán viajar incluso a manera de polizontes?
¡Pónganse de acuerdo!
Lo cierto es que anualmente suman alrededor de 200 mil extranjeros indocumentados los que pretenden cruzar, clandestinamente, el territorio mexicano para llegar a los Estados Unidos.
Gran cantidad de ellos pasan en enclenques lanchas el río Suchiate, la frontera natural entre México y Guatemala; y ya en territorio mexicano, aguardan el lento paso de “La Bestia” para subir enfrentando el riesgo de caer bajo las llantas y sufrir mutilaciones o morir.
Los migrantes se habían negado a dejar este peligroso viaje, pese a que muchos han muerto o sufrido mutilaciones --al tropezar y/o caer bajo este tren--, o han sido víctimas de asaltos por parte de criminales, que operan a lo largo de la ruta.
El tren recorre mil 500 kilómetros de longitud --y cruza cinco estados del sureste de México--, ha registrado constantes descarrilamientos --por el mal estado en el que se encuentran las vías dañadas desde 2005--, y, a pesar de ello, los emigrantes no se doblegan ante la adversidad.
Ni creo que lo hagan con todo y la advertencia del Gobierno federal, que hoy nuevamente saca la cara en apoyo a los extranjeros.
¿Acaso en la privatización de los ferrocarriles también se convino la reparación de vías, con cargo al erario, mientras sus nuevos propietarios usufructúan el tendido de acero sin desembolsar un solo centavo?
¡Bah!, lo que ocurre es que, otra vez, se privilegia a los capitales del país vecino de norte.
¿Llamado sin respuesta?
Allá en Reynosa, sin que el tema figurara en la agenda, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, hizo un llamado a todos los países de Centro y Sudamérica, para que unan esfuerzos con México en su intención de proteger y controlar el flujo de indocumentados.
Hasta el momento, no han respondido los gobiernos de Guatemala y Belice --los que comparten frontera con México--, Honduras --el país que produce más emigrantes--, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, ni de ahí pa’ bajo.
Sin embargo, el responsable de la política interior del país, aduce:
“Estamos seguros que lo vamos a conseguir, si los otros países se suman al esfuerzo anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto y el mandatario de Guatemala, de hacer un paso ordenado en el que se tenga la identificación, se tenga claridad del tiempo y del objeto de la visita a nuestro país.
“Si esto lo logramos con Honduras, El Salvador, Belice, entonces, se estará protegiendo como queremos a todos los migrantes que vienen de Centroamérica y de otros países del mundo”.
Igual recomendó no utilizar a “La Bestia” como medio de transporte.
Eso en el marco de su gira de trabajo para evaluar los logros que ha tenido la estrategia de seguridad pública federal.
Hablemos del campo
En Zapopan (Jalisco), la Confederación Nacional Campesina (CNC), estrena nuevo dirigente. Es Manuel Cota Jiménez, quien rendirá mañana protesta en un evento donde asistirá el presidente Enrique Peña Nieto.
El senador por Nayarit --tras aceptar el cargo--, comentó que su reto supremo, actual, es rescatar el campo de la injusticia y la desigualdad.
“Lo que sólo puede lograrse a través de la organización y unidad de los productores del agro en torno a las dificultades”, dijo.
Esto me lleva a recordar que hace un año (aproximadamente), en el octogésimo sexto aniversario de la central agrarista, el mandatario Egidio Torre Cantú extendió su mano amiga a los productores, ofreciéndoles su apoyo, como lo ha hecho desde el inicio de su régimen, pues convencido está de que el campo aún tiene amplias posibilidades de recuperación.
Y de ello existe constancia.
Crisis añeja
Sin embargo, sobre el mismo tema, es pertinente aclarar que:
Esta grave crisis que enfrenta el campo mexicano, de ningún modo podrá aliviarse 1) echándole la culpa a los propios agricultores, 2) dando todas las facilidades a los productores extranjeros, ni 3) perdiendo el tiempo buscando culpables de este deplorable fenómeno provocado por el mismo hombre, para dar paso al análisis que permita encontrar soluciones tangibles, que contribuyan a recuperar (la mayor) parte de lo perdido y, sobre todo, ofrecer que se revisen los términos de ese acuerdo comercial que pone en desventaja a los agricultores de acá de este lado del río Bravo.
Pero esto sólo se lograría habiendo disposición; y, cuando el interés comunitario, en verdad rebase los intereses personales, de grupo o de partido, y se esté convencido de que sólo beneficiando a los que menos tienen es la mejor manera de avanzar para enfrentar la globalización que amenaza con aniquilar el campo mexicano.
Bomba de tiempo
Durante el congreso cenecista, se han escuchado voces que invitan a defender los intereses del sector agropecuario.
Pero son pocas las que plantean cómo y cuándo hacerlo, sin que se piense que sus emisores lo hacen única y exclusivamente, para llamar la atención; buscar reflectores o, simple y llanamente, por mera demagogia, como podrían ser los casos de los dirigentes partidistas (sin excepción), que nada coherente plantean al respecto y sí, por el contrario, coinciden en señalar que el campo mexicano no puede esperar más.
No sólo porque ya se ha esperado demasiado --casi un siglo--, sino porque el libre mercado, en lo que respecta a la agricultura y ganadería, ha activado una verdadera bomba de tiempo.
Y no es cuento.
Por eso el presidente, Enrique Peña Nieto, le pone atención especial a este sector tan abandonado por los regímenes panistas.
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