En el cintillo superior de la edición de ayer de El Sol de México (número 17,634) se lee: México, el mayor reformador entre los miembros de la OCDE: Gurría.
El diario que cuesta 10 pesos, que dirige Rubén Pérez García y comanda Mario Vázquez Raña, ofrece en la página 21 una amplia nota que firma mi colega Alejandro Durán, y donde se nos informa que el titular de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico felicitó al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, por los cambios profundos logrados y pronosticó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en un punto adicional durante la próxima década.
El secretario general del organismo, también dice la información de la OEM, (Organización Editorial Mexicana) destacó que con un fuerte liderazgo político, nuestro país ha logrado importantes transformaciones legislativas claves, incluyendo telecomunicaciones, competencia, empleo, educación, fiscal, financiera, energética y seguridad.
El ex secretario de Relaciones Exteriores y Hacienda aseguró, nos platica Durán, que estas decisiones sin duda contribuirán a aumentar la productividad y competitividad del país, alcanzando un crecimiento vigoroso, incluyente y sustentable.
No se equivocaron mis amigos de la redacción de mi periódico, porque jerarquizaron muy bien la información y llevaron a primera plana, de manera muy destacada, el comunicado de la OCDE que abunda en que se debe de subrayar el gran esfuerzo reformador, ya que la sociedad mexicana logró un amplio consenso político para avanzar en esas negociaciones.
Ya lo hemos dicho en otras trincheras, pero no pierde validez la aseveración: el titular del Ejecutivo pasará a la historia como el presidente reformador y el que logró, con todas las apuestas en contra, el Pacto por México, que no es más que convencer a todos los partidos políticos en que era el momento de unirse por el país, más allá de ideologías, pensamientos distintos, y de sobreponer las coincidencias por encima de las diferencias.
En unos días el mexiquense entregará, como lo ordena la Constitución, su Segundo Informe de Gobierno, y seguramente ofrecerá un mensaje a la nación, donde debe de anunciarnos que es momento de recoger el fruto de las reformas. Es decir, pasar de el ordenamiento de la casa, de la corrección y planteamiento de la estrategia a la aplicación de las nuevas normas.
Muchos millones de mexicanos esperamos que se dinamite la economía, que las grandes inversiones que vienen "salpiquen" al mayor número de mexicanos, y que las nueva legislación le sirva a la gente.
De otra manera, habrían fracasado las reformas y el Pacto por la Nación sería un catálogo de buenas intensiones; llegó el momento pues, de que México sea el lugar seguro, que sea la tierra fértil donde todos encontremos trabajo y nuestro esfuerzo sea bien remunerado.
Dicen, los que aseguran saber, que pronto sentiremos en nuestros estómagos y alacenas que las reformas valieron la pena; que estos primeros dos años fueron para transformar todo para poder salir a competir en el mercado internacional.
De lograrlo, insistimos, tendremos todas las herramientas para jugar con éxito en el concierto de naciones; de no ser así, los mexicanos viviríamos una crisis de dimensiones catastróficas. Estamos seguros que nuestro destinó es la primera, la del crecimiento, y la del círculo virtuoso de la economía.
Debemos recordar pues, el cintillo de ayer en El Sol de México, porque es el saque de salida para que a todos nos vaya mejor. Al menos, así lo veo yo.
Pensar en sentido contrario, más allá de nuestra afiliación política, es apostarle al fracaso de nuestros esfuerzos particulares de todos los días.
En fin, hagamos votos para que todo lo que estamos viviendo y lo que dijo Gurría antier pronto beneficie a cada miembro de su familia, y obviamente a usted, respetado lector de El Sol de México.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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