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El binomio de la salud

Por: Carlos Santamaría 25/08/2014 | Actualizada a las 14:13h
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Ha de decir el lector que el tema está bastante “leído” o visto, pero es necesario entender que debemos insistir en este aspecto tan importante, a grado tal que consideramos que deben existir leyes que determinen la obligatoriedad de participar en programas de salud para tener acceso al derecho constitucional correspondiente.

No es posible exigir porque la Constitución lo dicta, que nos ofrezcan todo lo referente a salud cuando no estamos haciendo lo que debiéramos.

El ejemplo característico lo podemos mencionar en pacientes con diabetes que se encuentran registrados en unidades del Sector Salud y que, en muchas ocasiones, desperdiciamos el incomparable apoyo tanto de medicinas como de recursos terapéuticos varios que nos hubieran permitido vivir mejor. Lo que vale en este caso son los resultados: si no hay de éstos, de nada sirve lo que hemos hecho.

Dice Norberto Treviño García Manzo que tenemos una cobertura envidiable por muchas entidades, sabemos que el Sector en Tamaulipas está conformado por gente de calidad; el gobernador Egidio Torre Cantú ha dispuesto una muy buena cantidad de recursos para cumplir con el precepto constitucional, y nosotros… nosotros… ¿qué estamos haciendo?

Es aquí donde insistimos que ni el secretario de salud ni el gobernador tendrán los beneficios o  consecuencias de las acciones que hagamos o dejemos de llevar a cabo.

La secretaría del ramo tiene programas de autocuidado, de ayuda mutua, independientemente de los que se refieren al abasto de medicamentos, atención médica e instalaciones para segundo y tercer nivel, que son muy socorridas por quienes no nos cuidamos.

Es aquí, insistimos, en donde se debe legislar y obligar a quienes requieren en forma permanente los medicamentos para sobrevivir, que cumplan con su parte que es el ejercicio, la procuración de una alimentación adecuada hasta donde se puede lograr de acuerdo a condición económica, social y geográfica, y que se pueda tener en cuenta todo lo referente al cuidado individual y de familia.

Si no lo hacemos, no tenemos derecho a decir nada, según nuestro punto de vista.

Imagine el lector que así como es un derecho constitucional, la salud se convirtiera en una obligación, casi como pagar impuestos, y que, entonces, tengamos la urgente necesidad de hacer las cosas como debemos, es decir, que se tenga que cumplir en forma obligada con un programa de  capacitación adecuado –como ya existen- para no caer en complicaciones que nos pueden llevar a la tumba.

Surge la necesidad de entender que un trozo menos de guisado o pan nos ayudará a tener menos posibilidades de incrementar las cifras de glucosa y, por consiguiente, las consecuencias que pueden ser, si no fatales, como si lo fueran, porque padecer una neuropatía o algo por el estilo es algo que no deseamos a nadie. Créanos.

Es entonces cuando lo que refiere Treviño García Manzo cobra importante vigencia, dado que, de la forma en que nosotros podamos enfrentar los problemas de nuestra salud dependerá la respuesta de las autoridades. Insistimos en que el secretario Treviño no puede estar detrás de cada uno de nosotros para que cumplamos con el programa de autocontrol; nadie puede lograr tal situación, por lo que tenemos que “ponernos la pila” ya que, de otra forma, habremos de padecer muchas cosas que no son nada gratas.

Es tiempo de aprovechar lo que el gobierno tiene, y también de exigir que las leyes en la materia se cambien, adecuándose a una realidad que vivimos a diario y que nos lleva a ser de las naciones con más casos de diabetes en el mundo. Nada grato el supuesto honor.

Defendamos nuestra existencia, nuestro dinero: vivamos dentro de los controles necesarios para existir mejor.

Comentarios: entrenos@prodigy.net.mx

Carlos David Santamaría Ochoa,

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.
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