Ni hablar, unos son los que persiguen la liebre y otros son las que la alcanzan.
Vamos a ver si se entiende.
Resulta que el nombre de Alejandro Guevara Cobos suena recio en Tamaulipas y, esto, ha encendido los focos a su máxima intensidad.
Y es que en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas y sede de los poderes del estado, no se habla de otra cosa, más de que las reuniones que ya se habían convertido en regulares y que amigos del Coordinador de Giras del Presidente Enrique Peña Nieto, le organizaban en diversos puntos de la entidad.
Se antoja que, éstas, llegaron a su fin.
Y cómo no, la idea es desinflarlo antes de tiempo, por eso se está utilizando a un grupo de seductores que están a la cacería de aquellos que acudían a las reuniones de Alejandro, para “convencerlos” de que el joven político mantense está equivocado, que alucina y que sus ambiciosas pretensiones políticas están fuera de lugar.
Los que saben dicen que son cinco personajes tamaulipecos los que han sido hechizados por el fino arte de la seducción, a fin de pongan oídos sordos al canto de las sirenas, que regresen a su casita y que esperen tranquilos a que suene el aparato telefónico.
Si, son los primeros cinco que lucen cautivados por la oferta, que se les puso en la mesa, como una jefatura dónde la paga rebasa los 25 mil pesitos.
A dos más se les prometió las perlas de la virgen pero lo están pensando, toda vez que la experiencia los ha obligado a desconfiar, a contar hasta diez.
Y a muchos más que se resisten, simplemente se les leyó la cartilla para que se despojen de los malos pensamientos y para que no invoquen al diablo, porque eso es sumamente peligroso.
Hablan, aquí, además, de que en Mante, por ejemplo, el fuego ya le estaba quemando los pies a un conocido contratista que supuestamente y, de manera voluntaria, le regaló a Alejandro cuadernos, mochilas y despensas para que las distribuyera entre los estudiantes y las amas de casa durante las visitas que realiza los fines de semana a esa urbe cañera.
Así de fácil, uno de los seductores hizo contacto con él para solicitarle una explicación sobre su alocada generosidad.
Nervioso, el contratista explicó que no fue un regalo, sino que Alejandro lo obligó y él le tuvo temor, porque el joven pesa por la cercanía que mantiene con el mandatario nacional.
Y unos persiguen la liebre y otros son la que la alcanzan porque a lo largo de Tamaulipas existen personajes que han hecho talacha y que han pasado desapercibidos.
Muchos de ellos ya lucen como momias sentados al lado del teléfono en espera de la famosa llamada y, nada pasa.
A esos son a quienes deben cautivar los seductores, porque el voto tiene un precio y la paciencia, un límite.
Y es que la lista de seductores es corta.
Y la de desesperados, muy amplia.
Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.com
