Solamente cuando estamos en cama, convaleciendo de alguna situación de tipo clínico o rehabilitándonos, apreciamos lo importante que es para cualquier persona la salud. Es la base de todo lo que podemos tener o desear, porque cuando ésta se encuentra en nosotros, podemos hacer una y mil cosas. Lo sabemos, lo apreciamos, y hoy, más que nunca, lo valoramos.
Confunde llegar y escuchar un diagnóstico determinado, cualquiera que sea, más, cuando se trata de algo que se considera, si bien controlable, pero incurable, es decir, no tiene remedio y hay que hacer una y mil cosas por lograr su control, porque luego, ese padecimiento conlleva a padecer otros muchos más que se vienen en cadena.
Lo sabemos todos, lo saben las autoridades: lo entendemos como el principio de un adecuado desarrollo en la sociedad: con salud y educación los pueblos cambian, pero sin la primera, no puede llegar la segunda: así de sencillo.
En estos días en que hemos tenido necesidad de un reposo casi total en la medida que nuestras obligaciones personales, familiares y profesionales lo permiten, es cuando más hemos valorado el poder salir a caminar o hacer un poco de ejercicio, porque ¡vaya que si es importante!
Resulta que algunos padecimientos tienen que ver con la carga física y lo primero que hacen es quitarnos toda posibilidad de mejorar a través del movimiento armónico que nos permite sentirnos llenos de vida.
El asunto es, en primera instancia, lograr un adecuado diagnóstico para poder tener un tratamiento que nos permita recuperar la salud. Sin el primero, simplemente tendremos medicamentos equívocos y eso no nos ayudará mucho que digamos. Así de claro.
Y en ese sentido, en la Secretaría de Salud se hacen esfuerzos por lograr que su plantilla médica pueda ofrecer atención adecuada a cada uno de nosotros en los hospitales, clínicas y centros de salud de la entidad, con la idea de que podamos contar con ese derecho sagrado y constitucional que es el acceso a la salud.
Que hay deficiencias, cierto: no existe una actividad en la que intervenga el ser humano donde no haya aspectos por mejorar, no existe, simplemente, así de claro. Lo grave es que no nos demos cuenta y tengamos una venda en los ojos para atender estos aspectos y buscar la perfección, que si bien es cierto que es imposible, sí es una urgente necesidad para todos nosotros.
El secretario de Salud Norberto Treviño García Manzo lo sabe y procura gestionar ante autoridades estatales y federales los apoyos necesarios que nunca serán suficientes, dado que cada día existe mucha más gente que enferma, por los estilos de vida poco saludables que llevamos, por la alimentación deficiente, el sedentarismo y los aspectos que nos llevan a estar obesos, gordos, faltos de condición y que nos enferman cada día más.
Algo se tiene que hacer: lo sabemos, pero no es una acción que dependa del secretario Treviño García Manzo o de su equipo de trabajo. No es tampoco algo que tenga que hacer usted en casa, sino son una serie de acciones en las que todos estamos involucrados: al gobernador le interesa que estemos sanos porque producimos más en el ámbito que nos desarrollemos, y eso obviamente hablará de un buen gobierno; al secretario de salud Treviño también le beneficia el que haya menos enfermos porque de esta forma se puede pensar en un trabajo adecuadamente realizado, y a cada uno de nosotros, obviamente nos interesa muchísimo más, ya que somos los que recibiremos las consecuencias y resultados de las acciones que se desprenden como resultado a lo que queremos lograr: la salud o la pérdida de este invaluable tesoro.
Es el momento de unir esfuerzos y de luchar juntos contra cualquiera de los padecimientos que nos aquejan; hoy que recuperamos un pequeño porcentaje pero que nos permite caminar al menos, agradezcamos al Creador por lo que tenemos y luchemos porque la autoridad competente nos de más de lo que ya está ahí.
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