Washington,(Notimex).- El malestar en la comunidad de Ferguson por la muerte de Michael Brown se manifestó de nuevo la noche del martes cuando cientos de personas protestaron de manera pacífica, pero a pesar de ello 47 manifestantes fueron arrestados.
La jornada contrastó con las pasadas protestas en las que agentes de la policía, con equipo antimotines, utilizaron bombas de humo, gases lacrimógenos y aún balas de goma en respuesta a piedras y cócteles molotov lanzados en su contra por los manifestantes.
Sin embargo, la relativa calma con que se condujo la manifestación del martes quedó quebrantada cuando algunos protestantes lanzaron objetos contra los policías, desatando una persecución que resultó en 47 personas detenidas.
La manifestación se realizó pese al exhorto hecho el lunes por el capitán Ron Johnson de la policía estatal, y a cargo de las labores de vigilancia en esa comunidad de 22 mil habitantes, quien pidió que las protestas se celebraran en horas del día.
El llamado de Johnson se produjo en medio de denuncias de que “agitadores” que llegan de otras partes de Missouri e incluso de otros estados, habían sido los responsables de instigar los actos de violencia y aún saqueos en días anteriores.
Este miércoles está previsto el arribo a Ferguson del Procurador General de Justicia, Eric Holder, quien visitará el lugar para conocer de cerca las indagaciones que la Oficina Federal de Investigación (FBI) conduce sobre la muerte de Brown.
La investigación, paralela a la que lleva a cabo la autoridad estatal, está enfocada a determinar si en la muerte de Brown, de 18 años, ocurrida el pasado 9 de agosto, la policía de Ferguson violó los derechos civiles del joven.
Se prevé que este martes la fiscalía estatal presente evidencia del caso ante un gran jurado, que con base en la misma, determinará si se presentan cargos criminales contra el policía Darren Wilson, responsable de la muerte del joven de raza negra.
La investigación ha sido motivo de críticas por parte de líderes comunitarios que han demandado que el fiscal del Condado de St Louis, Bob McCulloch, quien es de raza blanca, se separe de la misma.
El gobernador de Missouri, Jay Nixon, emitió un comunicado en que dio su respaldo a McCulloch y advirtió que su separación de la investigación “podría inyectar una innecesaria incertidumbre legal y potencialmente poner en riesgo la investigación”.
