Este lunes dio inicio el ciclo escolar en la Universidad Autónoma de Tamaulipas; en las unidades académicas, escuelas, facultades, centros e institutos se ha iniciado con las labores correspondientes al ciclo denominado 2013-3 , y mucha gente se pregunta qué espera la sociedad de nuestra Alma Mater, porque, finalmente, el dinero de la gente es el que mantiene a la UAT, y hoy que rendirle buenas cuentas, como a todos los que nos dan dinero.
¿Qué se espera? Que se privilegien los dos rubros fundamentales de toda universidad, más cuando es pública: la educación superior, es decir, que se tenga la capacidad para preparar a nuestros jóvenes para iniciar la lucha por su futuro, que haya calidad académica en los salones de clase y que éstas, las clases, sean de calidad, como lo merece la sociedad tamaulipeca.
Para ello, hay que contar con los mejores elementos o al menos, los que estén disponibles y tengan qué aportar a cada uno de nosotros, los que conformamos la comunidad universitaria.
El segundo rubro, tan importante como el anterior es la investigación: la UAT cuenta en la actualidad con un importantísimo número de doctores en casi todas sus escuelas, y éstos deben ser algo más que profesores: deben convertirse en factor de cambio social, al aportar algo de lo mucho que han recibido para doctorarse.
Es el tiempo en que la investigación debe rendir los frutos correspondientes a los universitarios y éstos a la sociedad. Que haya “productos” de calidad que puedan ser importantes y que sean factor de cambio en una sociedad que exige a cada uno de los universitarios su compromiso con la misma y sus semejantes, su compromiso para trascender y dejar algo que pueda ayudar a cambiar para bien.
Luego vienen otras cosas: proyectos, programas sociales y demás, que sin dejar de ser importantes, deben ser el segundo paso en el devenir de la Universidad.
Hay muchas cosas que se establece que funcionen dentro de la máxima casa de estudios tamaulipeca, y en ese rubro entran los deportes y sus gimnasios multidisciplinarios que requieren de un adecuado mantenimiento y un perfecto uso, para formar deportistas de calidad y ser también el apoyo que los grupos de la sociedad requieren para trascender.
Hay guarderías y escuelas de idiomas que son muy importantes, y que deben tener su necesaria atención para que justifiquen su presupuesto.
Es hora de que cada peso invertido en la UAT se justifique, que la sociedad esté convencida de los gastos y que sepa que el dinero de todos se emplea adecuadamente.
Entendemos que eso es lo que se espera de la Universidad que dirige Enrique Etienne Pérez Del Río y que se constituye como el director de un equipo de profesionales que tienen la misión de justificar ante la sociedad su función.
Lo demás, está de sobra, pues.
Los campus están hoy de nueva cuenta plenos de jóvenes ansiosos de recibir su instrucción profesional, y para ello, será necesario ser exigentes con los resultados y los métodos para lograrlos, sin caer en los excesos que en todas partes hacen mal.
Es tiempo de que la gente sepa que la UAT es una institución que tiene trascendencia social y que debe constituirse como lo que realmente es, o para lo que fue creada.
Y es donde se debe refrendar el compromiso con la sociedad, del rector Etienne y su equipo de colaboradores cercanos, de directores y jefes de áreas, de personal académico y administrativo, de estudiantes y gente que está ligada de alguna manera a nuestra casa de estudios, orgullosamente tamaulipeca.
Queremos sentirnos orgullosos de ser parte de este equipo, y nos gustaría que todos los que estamos ahí, en su estructura, establezcamos el compromiso que debe existir, para que, el día de mañana se pueda asegurar que somos una Universidad que se prepara para el futuro.
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