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Sección: Editoriales / Vida diaria

La cuenta y un gendarme…

Por: Rosa Elena González 17/08/2014 | Actualizada a las 22:00h
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La  cuenta y un  gendarme era una frase que  muchas abuelas mencionaban con frecuencia ya  hace  algunos ayeres en establecimientos comerciales o en algún restaurante, lo decían en  son de broma, como acto de confianza con la gente y el respeto que se les tenía a los guardianes  del orden.

Los dueños o encargados  de  los  establecimientos  sin preocupación,  con  una  sonrisa  contestaban, no  se  apure , pero  igual  sabían  que los deudores  no se  darían a  la  fuga sin  pagar, y  eso era porque  la  mayoría  de  las  personas además  de  conocerse  se  conducían  con  honestidad, respeto, y la  palabra gendarme era  sinónimo  de  tranquilidad.

Claro que le estamos  hablando  de ya  hace  más  de  40 años,  cuando  reinaba  la armonía  entre  las personas de bien, que la tranquilidad  se  respiraba como  el aire fresco  y puro, que  la amabilidad y la solidaridad era una  virtud común, y el  gendarme era  merecedor  de respeto y  confianza.

Era  cuando  las abuelas  se  sentaban  por las  tardes  después  de  sus actividades en   el  jardín  o  sacaban los sillones  la banqueta  para platicar  con  las  vecinas, mientras la  gente  que  pasaba  saludaba  amablemente en  tanto  que las  niñas y  niños sin malicia  jugaban a  las  escondidillas o futbol  a  media  calle sin  temor  alguno.

Seguramente  la gente  mayor  de  40  años  recordara  que era  tanta  la  tranquilidad  que  se  podía  dormir con las puertas  abiertas,  que  el escuchar  el  silbato  del gendarme por  las noches era  señal  de  que  todo  estaba  en  paz, que velaba por  la seguridad de los  vecinos.

La  frase  de “la  cuenta  y  un  gendarme”  era por la confianza  que la gente  tenía  en el  policía del  barrio,  en  el  hombre  recio pero amable vestido  de  azul marino que saludaba a  los  vecinos, mismos que en  ocasiones hasta  le  invitaban al  guardián  del  orden  un  café  de hoya  con  una  concha  de  la  panadería  de  la  esquina.

Pero los  tiempos  cambian,  las  ciudades  crecen,  la  gente  se  vuelve fría, desaparecieron  los  gendarmes, los  policías  acabaron  con  la  confianza que  se  les  tenia, el  pueblo  en  lugar  de respeto les teme.

Como corruptos, es como  la  gente  califica a  los  policías,  lo  peor  del  caso  es  por  culpa  de  unos  la llevan  todos, o  cosa  peor, muchas  veces  ellos solo  reciben  órdenes, porque  la  verdad  es que si existen oficiales  que  realizan  su  deber  con honestidad, claro,  son  contados,  pero  los hay.

Por eso urge  que  se  recobre  la  confianza en los  cuerpos  policiacos,  que  estos  se  desempeñen con  honestidad, que cumplan  su  deber sin abusos para  que la  gente  vuelva a  creer  en  su  honorabilidad y  nuevamente  se  ganen  el respeto.

Dirá  usted que  es  difícil, y  quizá sí, porque  todo  procesos de  cambio no es  fácil, menos  después  te  tanta maldad,  pero  cuando las autoridades  se  aplican, se  logra, el  pueblo al  ver  las acciones  favorables para  recuperar la tranquilidad recobra la  confianza y los  policías el  respeto.

¿Por qué  le comento esto?,  pues porque RABINDRANATH JUAREZ MAYORQUIN,  Delegado  de  la SEGOB en el  Estado  dice  que  es  un  hecho  que  la  gendarmería  nacional  aterrice  en  Tamaulipas  en  la  primera  etapa de  su ceración, que los  nuevos gendarmes recorrerán zonas  rurales  y  urbanas  con la  intención de  que  se  recupere  totalmente la  tranquilidad en nuestra  entidad, eso  es  bueno, es  lo  que  la  ciudadanía espera, claro que el  proceso es largo  pero si desde  el  inicio  se  ve  que hacen  las  cosas  bien  la  gente  tendrá  confianza en  que sucederá.

Ojala  estos  gendarmes se  parezcan aunque  sea  un  poco a los  de  antaño,  es  importante  también que  se  ganen el  respeto y  confianza  de  la  gente,  porque no  hay  manera  de  tener  sociedades  afables si  hay  desconfianza,  si  todos  desconfiamos  de  todo y  se le  teme a los  policías.

Por supuesto  que  no se espera vivir como hace 40 años, el crecimiento  de  las ciudades  y  avances  tecnológicos  lo  impiden, pero  con  todo y  los nuevos  tiempos es importante  que el  pueblo tenga  confianza  en  los  cuerpos  policiacos, que  aquella frase de, “La  cuenta y  un  gendarme” se  vuelva a  escuchar   con toda  tranquilidad.

vida.diaria@hotmail.com, Twitter @VidaDiaria1, FB Rosa Elena González.

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio. Fue jefa de Prensa en Ciudad Victoria y ocupó la jefatura del Departamento de Difusión y Comunicación Social de la Comapa.

Además ha colaborado en distintas campañas políticas.

Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias
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