Esa empresa se ha convertido en una verdadera sanguijuela y sus empleados están como alucinados desde que se aprobó la reforma energética.
De por sí, antes de que se diera ese paso, los usuarios ya los ubicaban como los más odiosos, infames y prepotentes y, a esa empresa, como la principal acaparadora de quejas en la PROFECO, una dependencia que en realidad si defiende al consumidor.
Y como si eso no bastara y, a pesar del odio que ha acumulado en su contra, ahora la novedad es que la Comisión Federal de Electricidad en Ciudad Victoria, Tamaulipas, no sabe explicar el origen del problema que genera el extravío de recibos una, dos, tres veces y, las que agreguen.
Me explico. En un barrio de esta capital a los trabajadores de esa empresa los agarraron con las manos en la masa, o sea retirando los medidores y suspendiendo el servicio bajo el pretexto de que los usuarios no habían pagado.
¿Y cómo pago. Dónde está el recibo?, le preguntó una señora a un sujeto de vestimenta caqui y gafas baratas similares a las de un piloto aviador. “Hágale como quiera, yo no sé de recibos, yo solo me baso en la lectura y corto la luz”.
La mujer estaba enfurecida y, cómo no, si en menos de mes y medio se le corto el servicio en dos ocasiones, la primera durante cuatro días en esos tiempos criminales en que el termómetro marcaba los 41 grados en la capital tamaulipeca.
Irritada, la vecina lo enfrentó cuando el tipo le dijo que ella tenía la culpa por no esperar en la puerta de su casa su recibo: “Que le pasa, yo si trabajo para poder pagarle a la CFE el servicio, no como otros”, le replicó la fémina.
Pero lo que más le molesto, es que ahora la empresa, sin su consentimiento, está cobrando la luz mensualmente y no bimestral, como sucedía regularmente.
Y la mujer encamino sus pasos hacia la superintendencia de la CFE aquí y reclamó los recibos, lo cual fue en vano, porque nunca aparecieron, ni siquiera las copias.
Hablar con el superintendente, Gabriel Navarrete Navarro, estuvo en chino porque poco asiste a sus oficinas y, sus subalternos, parecen merolicos, o sea que son expertos en el arte de marear a los usuarios.
El asunto es que arbitrariamente a esa empresa le ha dado por cortar la luz a su antojo, no obstante de que en el 071 se informa que eso es indebido, porque primero se le tiene que avisar al usuario si está en casa.
Da risa y, mucha, que esa empresa insiste en que se le identifique como de “corte mundial”, porque si sus trabajadores no son capaces de controlar la distribución de recibos, qué sucederá con los demás servicios tan deficientes que caro ofrece.
Y deficientes, lo reitero, porque los cortes de energía son cotidianos en diversos puntos de la capital, ya sea por la lluvia, por el sol, por los rayos o, simplemente porque un pajarito se electrocutó en los cables.
A propósito de caro, en la siguiente colaboración se desglosara el material que aquí tengo sobre el ex esposo de una ex legisladora federal y ex funcionaria cercana a Felipe Calderón Hinojosa que tiene en su residencia más de 15 aires acondicionados en activo y que bimestralmente paga la ridícula cantidad de 2 mil 800 pesos.
Va a estar buena, se los prometo, porque el señor hasta posee una enorme alberca que requiere de servicio eléctrico y que tiene más curvas que una gorda de Botero.
Por lo pronto, amigos usuarios, a soportar a la CFE se ha dicho, porque es su palabra contra la de ellos, que son intocables, descarados y, chupa sangre.
Ya, en anteriores ocasiones, la PROFECO les ha jalado bien las orejas.
Por eso, denuncie, no se deje, ya no cuente hasta diez.
Porque la paciencia, también tiene un límite.
Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.com
