Empecemos por la verdad, Andrés Manuel López Obrador es un fanático del poder, un ex priísta que conoce como muchos de su tipo, el drenaje profundo del sistema político y como roedor del mismo ha logrado con oportunidad concentrar buen parte del pensamiento doloroso de los mexicanos que viven en el encanto de la esperanza.
Nacido un 13 de noviembre de 1953 en Villa de Tepetitán, Macuspana, Tabasco, “El Peje” como se le conoce entre los drenes del país, es una personalidad como las que hemos descrito aquí, hacen del poder, el vínculo más íntimo para lograr sus propósitos personales.
Su paso en 1977 como director del Instituto Indigenista de Tabasco le permitieron reflectores que pocos no imaginaron. Encarrilado en 1984 en la dirección de Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor, el todavía priísta se convirtió en un serio activista que junto a Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo integraron al hoy decadente Partido de la Revolución Democrática en 1989. Un reclamo de fraude en los comicios que dieron luz a la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
Pero su primer gran éxito nacional es el haber realizado la toma de pozos petroleros junto a simpatizantes en protesta por lo que consideraban un abuso ecológico de la petrolera Pemex. Un enojo en ascenso tras fracasar en su intento de ser gobernador de su natal Tabasco.
Su prestigio de reventador le llevó a montarse en un discurso que fue crecimiento exponencial para su partido quien logra con Cuauhtémoc, la administración de la Ciudad de México de 1997 a la fecha. Un espacio que ocupó del 2000 al 2005, año en que deja el espacio para buscar la presidencia de México.
Dos ocasiones en las que estuvo cerca. La primera con el presunto apoyo de muchos priístas -que presumiblemente negociaron- se quedó a medio punto. Y ya con la etiqueta de ser Un Peligro Para México en 2012 se quedó más a la zaga al perder contra Enrique Peña Nieto 31.59% a 38.21%.
Esa es la parte curricular y sin embargo, lo que más ha detenido a Andrés Manuel López Obrador son sus propios fantasmas. Poseedor de un discurso de izquierda extrema ha canalizado el descontento social en acciones que llegaron al punto de radicalizar acciones como el cerrar avenidas (Reforma) y muchas más en distintos puntos del país.
Los libros que ha editado son huella de un estilo que no ha tenido el éxito absoluto, pero que dan una idea de la catarsis que Andrés Manuel ha ejercido contra los que llama “La Mafia en el Poder”.
Los Primeros Pasos, Tabasco, 1810-1867 (1986), Del Esplendor a la Sombra, la República restaurada, Tabasco 1867 1876 (1988), Tabasco, Víctima de un Fraude (1990), Entre la Historia y la Esperanza: corrupción y lucha democrática en Tabasco (1995), Fobaproa Expediente Abierto, Un proyecto alternativo de Nación (2004).
Contra el desafuero. Mi defensa jurídica (2005), La mafia nos robó la Presidencia (2007), La gran tentación: el petróleo de México (2008), La mafia que se adueñó de México... y el 2012 (2010), No decir adiós a la esperanza (2012) y el más reciente documento editorial Neoporfirismo: Hoy como ayer (2014).
Pero ahí no están todas las pistas, pues si bien su discurso es contundente y retórico, no así sus actos y menos la sospecha de acuerdos privados para favorecer a viejos amigos sin importar el partido en que se encuentren. De estilo intolerante y mesiánico le han llevado a tener serios problemas de adaptación en los distintos partidos en los que se ha confrontado de manera era interna.
Si hablamos de Los Chuchos en el PRD, está claro que los negocios son aparte, como de la misma manera los asuntos de los dineros que tienen claro sus amigos del Movimiento Ciudadano que administra el veracruzano Dante Delgado Ranauro.
Y como es un hombre al que no le gusta batallar, si no pudo ser comandante supremo en los anteriores, al menos no en el PRD y sus absurdas pero rentables tribus, mejor agarró sus trapitos e inició una cruzada para ser Santo Padre del propio. Con tintes de “religión” el Movimiento de Regeneración Nacional es ya un barco que tiene solo un comandante. Un César, un “Papa” un señor creador y dador de vida.
Una organización que recibió el 9 de Julio el reconocimiento oficial por parte del Instituto Nacional Electoral, en la que tiene como gerente a Martí Batres un viejo socio de correrías.
Ese es el nuevo Andrés Manuel un hombre que ya no tendrá a quien pedirle cuentas o a quien darlas. Hoy su voz manda como profeta y quizá por ello, con todo lo que ha pasado en este país ( los 12 años de panismo y los 6 que transiten del PRI y su estilo propio de hacer las cosas en acuerdos), El Peje se haya convertido dos veces más peligroso.
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