Parece mentira, pero en más de 30 años no habíamos tenido oportunidad de visitar uno de los paseos de Victoria como es Los Troncones, aquel lugar que llega casi junto a la falda de la Sierra Madre, y nos regala la fresca brisa del río.
Recordamos que en un tiempo, Los Troncones tuvo un escándalo porque habitantes del lugar han hecho del mismo un sitio para subsistir: cobran 10 pesos por entrar y mucha, pero mucha gente de Victoria va de paseo, renta cabañas, lleva su carne asada y más cosas, y se disfruta de la naturaleza, del paisaje y la compañía de esos seres que tanto queremos.
Finalmente, nos decidimos a pasear a este sitio tan cercano y que promete muchas cosas, pero qué decepción se lleva el paseante por diversas razones.
Un maravilloso río nos regala la Madre Naturaleza para que disfrutemos en tiempos de calor de un ambiente fresco: su sonido parece mecer las ramas de los árboles y nos otorga esa calma que muchas veces perdemos cuando andamos en el trabajo o la escuela. Es la naturaleza un bálsamo para cualquier persona.
Pero en la margen del río encontramos un sinnúmero de piedras burdamente acomodadas que, pensamos, son producto de las avenidas de agua extraordinarias.
Pensemos que así es.
Lo que no es nada grato es encontrar bolsas de basura por doquier, y más grave aún, platos y vasos desechables por todo el paseo: basura de toda índole que demuestra dos cosas: la falta de cuidado y atención de quienes piensan que solamente hay que cobrar y ya, y la extraordinaria falta de educación y cultura ecológica de la mayoría de los paseantes.
¿No saben que la basura contamina y nos afecta a todos, incluyendo a sus familiares que visitan el lugar?
Es increíble la cantidad de basura y el abandono en que se encuentra el sitio, y en ese sentido, suponemos que los encargados de la administración del sitio bien podrían hacer algo más que estar en la caseta dirigiendo el tráfico: podrían instalar, por ejemplo, botes para la basura, de esos que muchas veces se consiguen inclusive gratis a través de gestiones con Petróleos Mexicanos.
No es todo el encanto conseguir los botes, sino tener uno o dos hombres –o mujeres- que vacíen el contenido de éstos y permitan que otros podamos depositar los desperdicios donde se debe.
Sinceramente, da mucha tristeza que un sitio tan mágico que nos ofrece la naturaleza se encuentre en las condiciones actuales. No se permite que la autoridad municipal lo administre, porque los señores de los ejidos del lugar han tomado la tutela del mismo, pero no tienen la capacidad o interés en mantener en buen estado el lugar.
Pocos sitios tenemos en Victoria, y no consideramos prudente que se tenga en el estado actual.
Los Troncones podría ser uno de los mejores sitios de la ciudad por su extensión y ubicación, por su cercanía y muchas cosas más: bien se podría gestionar inclusive una tienda de conveniencia en el sitio, o hacer bien las cosas para que los que lo visitamos la pasemos bien… y dejemos un poco más que esos diez pesos de ingreso.
No se requiere nada más cobrar la entrada; es donde pensamos que podría entrar la autoridad para regular el usufructo de este tipo de lugares, que permitan, por una parte, ofrecer un sitio de recreo para los victorenses, por otra, un lugar para obtener recursos que permitan a los lugareños vivir dignamente, y finalmente, que nos permitan a todos crear conciencia ecológica.
No es posible que haya tanta basura en un lugar al que vamos a bañarnos o al menos a meter los pies en el agua.
Ojalá alguien tenga interés en conservar estos lugares y entonces sí, hagan un esfuerzo por darnos el lugar que queremos muchos victorenses.
No decimos merecer, porque en las condiciones en que está y la falta de interés ciudadano por conservarlo, entendemos que no haya un merecimiento adecuado.
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