Los llamados países ricos emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), desafían hoy al viejo “Orden Económico Mundial” de la posguerra, reconocido como “Bretton Woods”, que desde el año de 1944 concluyeron los acuerdos donde quedó configurado el nuevo orden mundial y se crearon las dos instituciones más intervencionistas del mundo occidental: FMI y Banco Mundial.
Ese viejo orden ha quedado rebasado respecto a la realidad emergente representada ahora por los países BRICS (término acuñado por el economista Jim O’Neil en 2001), que se han propuesto desafiarlo y proponen un “nuevo paradigma” en el que ellos tengan un mayor protagonismo en el escenario mundial.
La hoy segunda economía del planeta, China, que registra desde hace más de tres décadas el mayor crecimiento del PIB, el país más poblado, con mayor superávit, mayores reservas (4 billones de dólares), desafía el liderato de Estados Unidos. Al añadir a China los otros cuatro países, producen 20% del PIB mundial, 17% del comercio internacional y representan al 40% de la población del planeta.
Para el año 2050, China, India, Brasil, Rusia y Sudáfrica, habrían rebasado a las actuales potencias y ocuparían los primeros lugares de la economía mundial junto con Estados Unidos y Japón.Pero los BRICS no quieren esperar y desde el año 2008, que dio inicio la recesión mundial, se están preparando para ser el motor del crecimiento mundial, mientras que Estados Unidos, Japón y Europa pasan por la más grave crisis desde la Gran Depresión de 1929.
Sin embargo, al estar siendo bloqueados los BRICS por el Congreso de Estados Unidos para la toma de decisiones, dieron el paso más importante para hacer frente al actual orden mundial y acabar con el monopolio de Estados Unidos y su aliado europeo en el escenario económico global y crear un “nuevo paradigma económico mundial”. Los BRICS acordaron crear un nuevo banco de desarrollo, al que autodenominaron “New Development Bank”, junto con un “Fondo de Reservas de Contingencia”, que tienen la finalidad de desarrollar y financiar los proyectos de infraestructura de los cinco miembros y de otros países emergentes.
Este nuevo Banco sería el equivalente al Banco Mundial, que surgió para financiar la reconstrucción de Europa tras el final de la Segunda Guerra Mundial bajo el nombre de Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). La creación de ese nuevo banco buscará obtener financiamiento para crear infraestructura y desarrollo.
Al requerirse anualmente mayor inversión en infraestructura entre los países emergentes y en desarrollo, y no ser satisfechos por los viejos FMI y BM, los BRICS aportarán una cantidad de más de 900 mil millones de dólares, implicando pasar a más del 3% del PIB de los países emergentes y en desarrollo, a una escala de entre 6 y 8%. Los números señalan que, al actual ritmo de inversión, entre uno y 1.4 billones de dólares en infraestructura no se están cubriendo, necesidades que concentran el sector eléctrico, hidráulico, transporte y telecomunicaciones.
La nueva fuente de financiamiento sale ahora de los presupuestos nacionales, que junto con los Bancos Centrales costean casi 75% del total, por lo que al acelerar la dinámica de inversión implica incurrir en déficits. La segunda fuente de financiamiento en importancia es el sector privado, que aporta al año entre 150 mil y 250 mil millones de dólares, que solo llegan a países emergentes de éxito.
Esta nueva institución estaría dotada con un capital de 100 mil millones de dólares y todos los socios harían una aportación igual. La sede estaría ubicada en Shanghai. Con este banco se busca derrumbar los obstáculos del crecimiento, al dinamizar la infraestructura e incorporar al sector privado generando empleos. Además la inversión en infraestructura eleva el crecimiento potencial de la economía y favorece al desarrollo sustentable, mejora la calidad de vida y reduce los niveles de pobreza.
El Fondo de Reservas de Contingencia sería equivalente al actual FMI, estaría constituido por un fondode 100 mil millones de dólares, y se destinarían a solventar las constantes crisis de balanza de pagos y enfrentar futuros shocks de inestabilidad financiera.
Estas medidas de los BRICS se proponen en tiempos difíciles para estos países, que desde el año 2012 no atraviesan tampoco los mejores tiempos. China ha perdido el anterior dinamismo y enfrenta burbujas de crédito e inmobiliarias, parecidas a las de Estados Unidos en 2008; Rusia ha sido expulsada del G-8 por su invasión a Crimea y el conflicto con Ucrania. Brasil demostró en el reciente mundial de Futbol, serias deficiencias en seguridad y sostenibilidad, sin dejar de lado las mismas tensiones de los propios miembros BRICS, que no gozan de tradición democrática y padecen altos niveles de corrupción.
En este escenario el Presidente Enrique Peña Nieto, lucha por sobreponerse a los países emergentes, con las tres grandes reformas estructurales que estos dos meses han sido deliberadas: la Financiera, Telecomunicaciones y la Energética, con estos ajustes en las estructuras de monopolios mexicanos, representados por Pemex, CFE, Telmex-Telcel, Televisa, TV Azteca y la Banca Extranjera, se propone entrar en una nueva Fase de competitividad y de recepción de nuevas inversiones extranjeras en sectores predominantes, con el fin de lograr un crecimiento superior al 2.2% anual que México ha registrado en los últimos 15 años.
México urge nuevos aceleradores de su economía, ampliar la inversión en infraestructura al igual que los países BRICS, así como generar más de 1.3 millones de empleos formales, mejor remunerados, para superar las actuales tasas de pobreza patrimonial y extrema que tiene estancada la economía mexicana, como uno de los países miembros de la OCDE con mayores tasas de desigualdad y desempleo formal y altas tasas de economía informal.
México tiene intenciones de acercarse al bloque de los países BRICS pero su alianza con Estados Unidos y Canadá a través del TLCAN no se lo permite, y además México sufre grandes contradicciones con la política migratoria de Estados Unidos que afecta por ahora a las corrientes de repatriados y el nivel de empleos para los mexicanos en ese país.
Por estos aspectos México se encuentra en la dicotomía de seguir siendo socio de Estados Unidos, o de abrirse a las economías emergentes de los BRICS que amenazan con rebasar pronto el equilibrio mundial de economías desarrolladas versus las emergentes…
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*/ Información basada en datos proporcionados por José Miguel Moreno de la página web Dinero en Imagen (21/07/2014).
