Las cifras que maneja la Organización Mundial de la Salud son realmente alarmantes: en México tenemos el primer lugar mundial en obesidad infantil y segundo lugar mundial en la que corresponde a los adultos; el sobrepeso es un grave, muy grave problema que no se atiende de la manera en que debiera, desde nuestro punto de vista, aunque hemos de reconocer que hay avances en el tema.
En Tamaulipas se trabaja muy intensamente para frenar el alza de peso de las personas, y hemos mejorado en cuanto a estadística, aunque hemos de ser honestos: falta aún mucho, porque solamente se trabaja por partes.
La Secretaría de Salud ha instrumentado desde el inicio de la actual administración, programas tendientes a mejorar los hábitos de vida saludable que debiéramos tener, sin embargo, si no se atiende lo anterior, de nada sirven los esfuerzos oficiales.
Mucho dinero se destina del presupuesto estatal para tratar de atajar la enfermedad que es causante de las principales causas de muerte: diabetes, hipertensión, infartos y más. Nos dicen qué hacer, cómo hacerlo, pero si no actuamos, de nada, absolutamente nada sirve el gasto, el esfuerzo y las estrategias. ¿Qué está faltando?
Es sencillo: en todos los programas oficiales resulta fundamental la participación ciudadana: sin ella, nada funciona, y es imposible que cada uno de nosotros tenga detrás a un educador en la salud, enfermera, trabajador social, nutriólogo o médico: no alcanzarían los recursos humanos, de ahí que se tiene que manejar una serie de estrategias a través de medios masivos de comunicación.
Entendemos que Facebook y Twiter se consolidan como las redes sociales más influyentes, pero vemos poco del tema de educación para la salud. En lo particular, buscamos aspectos relacionados con la diabetes mellitus y vemos pocos esfuerzos oficiales y ciudadanos para mejorar.
Existen páginas en la primera de las redes mencionadas, que dedican mucho trabajo para orientarnos, pero insistimos en que, a falta de una respuesta adecuada, no podemos cantar victoria: hace mucha falta concientizarse sobre estos temas que representarán seguramente la diferencia entre vivir y sobrevivir, porque tener demasiados kilogramos de peso, independientemente del problema social y psicológico, representa una carga para el sistema sanitario: no tendrían los hospitales por qué cargar en sus presupuestos con los cientos –miles- de millones que se destinan a combatir el sobrepeso y la obesidad.
El secretario de Salud Norberto Treviño García Manzo ha dispuesto, en base a las estrategias del Plan Estatal de Desarrollo y las normas nacionales, muchísimas acciones para combatir este problema que, según algunas estadísticas, alcanza a afectar al 90 por ciento de la población –sí, 90 por ciento- y eso representa un sinnúmero de recursos que se invierten en tratar de que tengamos una buena calidad de vida.
No tiene el gobierno por qué pagar por nuestros errores: cierto: los programas sociales y más del gobierno federal, estatal y municipal son para atender las demandas ciudadanas, pero no se vale que carguemos la mano y dejemos todo el peso de los esfuerzos en ellos. Si no hacemos nuestra parte, de nada servirán todos los recursos que se invierten. Así lo concebimos, así lo pensamos, pues.
Se hace urgente, necesario, prioritario, el hecho de que atendamos estos aspectos, y en ese sentido, un grupo de investigadores locales está llevando a cabo una estrategia a través de redes sociales, buscando un impacto positivo al respecto, y que, al menos, nos haga tener toda la información necesaria en temas de salud.
Pero si no les apoyamos, estamos desperdiciando el talento de los nuestros, que es otra acción inmoral.
Hagamos conciencia de lo anterior: busquemos la información, exijamos que llegue bien, clara, sencilla y expedita, pero por favor, tomemos la responsabilidad que nos hace falta para obtener los resultados que requerimos.
Nuestros hijos serán los primeros beneficiarios, y nosotros también.
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