Tal y como se había previsto, el paquete de leyes secundarias relativo a la reforma energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto ha transitado bajo la lógica de la geografía política de nuestro actual sistema parlamentario; bajo la férrea alianza entre el PRI y su socio, cómplice y aliado el Partido Acción Nacional, sumado al apoyo de los partidos morralla, y bajo los previsibles gritos y sombrerazos de los partidos de eso que todavía algunos ingenuos llaman izquierda, y que se escudan detrás de los membretes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
En este contexto, ha cobrado particular relevancia la participación del diputado federal plurinominal Marco Antonio Bernal Gutiérrez, en su calidad de presidente de la Comisión de Energía de la cámara baja.
Ciertamente, el proceso de presentación, análisis y discusión de la iniciativa del Ejecutivo Federal, ha brindado al legislador oriundo de Matamoros una valiosa oportunidad de exposición mediática, donde lo mismo ha defendido la propuesta oficial, ha marcado agenda, e incluso, se ha dado el lujo de recriminar la tibia participación del PAN en el debate, acusando de “chantajistas” a los integrantes de la fuerza política que en términos prácticos se ha constituido en la notoria mancuerna del proyecto reformista del presidente Peña Nieto.
Para nadie es un secreto que Don Marco Bernal sueña despierto con la posibilidad de ser postulado como candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas; el propio legislador administra su capital político en este momento tan importante para su lucimiento mediático, y aunque jura y perjura ser institucional, lo cierto es que mantiene encendidas veladoras, candelas y cirios de metro y medio con la esperanza de que la decisión del Dedo Omnipotente le favorezca.
Es conocido que Bernal Gutiérrez cuenta con poderosos aliados que le han permitido alcanzar estos importantes espacios de representación federal, su cercanía con el sonorense Manlio Fabio Beltrones está ampliamente documentada y soportada por años de trabajo en los espacios del poder político nacional, esto representa un enorme margen de ventaja y Don Marco lo sabe.
A ello habría que agregar que en el tenor de la situación política actual, cada vez resulta más evidente que la participación del número uno de Ciudad Victoria en la operación de la ruta 2016 será relativa, si no es que prácticamente nula. Basta con echar un ojo a la información maliciosamente filtrada a medios nacionales sobre el contenido del “Informe Prospectivo 2015” del CEN del PRI para tener claro que la ruta del trabajo electoral del PRI en Tamaulipas será dictada directa y sin escalas desde la capital del país.
Este supuesto incrementaría sustancialmente las posibilidades de los actores que se mueven compulsivamente en responsabilidades cercanas al epicentro del poder político nacional, como sería el caso del propio Marco Antonio Bernal, pero también el supuesto aplicaría a personajes como Baltazar Hinojosa Ochoa, Alejandro Guevara Cobos… y en el caso extremo, apuntaría a la posibilidad de una “concertacesión” en favor del PAN, en recompensa a sus servicios para el proyecto reformista del actual régimen. Conste… andamos de “especuleros”.
Sin embargo, existe un factor que operaría significativamente en contra de la rimbombante exposición mediática del diputado Marco Bernal.
Se trata de la posibilidad de que la reforma energética, con todo y la preponderancia estratégica de Tamaulipas en el escenario petrolero internacional, habida cuenta del hallazgo de importantes hallazgos de yacimientos en aguas profundas del Golfo de México, no alcance a rendir resultados tangibles a los ciudadanos de a pie antes del disparo de salida del proceso 2016.
En febrero pasado, tuvimos la oportunidad de estar presentes en un foro convocado por un organismo del sector privado en la ciudad de Matamoros, cuyo “plato principal” era precisamente la participación del diputado Marco Antonio Bernal Gutiérrez con una exposición inherente a las oportunidades de negocio para proveedores locales en relación al inminente desarrollo del Puerto Matamoros como plataforma logística de la explotación de la riqueza petrolera yaciente en aguas profundas.
Fuera de las formalidades de rigor, la exposición del legislador federal fue un auténtico rosario de buenas intenciones, sin datos duros de relevancia, y sin el mínimo asomo de compromisos tangibles para incorporar a los inversionistas locales en la enorme cadena de valor que se derivará de la explotación de la riqueza petrolera en el Golfo de México. A lo más que llegó fue a ofrecer “acercar la información pertinente” para establecer una relación directa entre los altos mandos de Pemex y los empresarios matamorenses, ávidos desde hace años de buenas noticias en materia económica.
Es cierto, el potencial de los yacimientos petroleros localizados frente a las costas de Matamoros son de un valor histórico, pero también es cierto que los trabajos que permitirán lograr el máximo nivel de aprovechamiento de este potencial podrían tardar de entre cuatro o seis años, cuando menos.
Dicho de otro modo, el escenario de ensueño que se le ha forjado a Marco Bernal en torno al tema de la reforma energética, podría operarle en su contra si el cuerno de la abundancia petrolera no comienza a generar dividendos directos a los tamaulipecos antes del disparo de salida del proceso sucesorio local.
Imagínese usted el banquete que podría representar para la oposición tener como contrincante a un candidato al que se le puede recriminar que la reforma energética no haya dado frutos pese a tener en su territorio los más grandes yacimientos petroleros de la historia…
Peor aún, si esto ocurriera en el propio municipio que lo vio nacer… del que por cierto, sólo se tienen noticias de su presencia cuando visita el establecimiento del siempre caballeroso empresario restaurantero Enrique Delgado, allá por los rumbos de la calle República de Cuba de la colonia Modelo de Matamoros… que no es otro que el bar “Señor Pepe’s”…
De tal suerte que para Don Marco Bernal, la reforma energética puede tener esta doble connotación en sus aspiraciones de “sacrificarse” por la gubernatura de Tamaulipas: puede ser La Gloria o El Infierno.
Por el momento es todo. Agradezco sus comentarios, y le espero aquí mañana, en este mismo espacio.
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