Una de las principales tareas de los diputados es la de legislar. Es decir, son responsables de elaborar nuevas leyes , o bien derogar o modificar las que ya existen. Por eso se les llama también legisladores.
Sin embargo, en el caso de Tamaulipas, de los 36 diputados que integran la Sexagésima Segunda Legislatura, le puedo asegurar que más de un 70 por ciento jamás ha siquiera tenido en sus manos una Constitución o un libro de derecho.
No se trata de cosa menor porque es paradójico que alguien que no sabe de leyes sea el encargado o el responsable de crearlas.
Sí. Ante el planteamiento saldrán aquellos que argumentan que para eso existen los asesores o los servicios parlamentarios del Congreso. Dirán que para elaborar leyes también es importante ser Contador, Ingeniero, o hasta campesino, como los hay muchos en la legislatura.
El detalle está en que para crear, derogar o modificar una ley el especialista debe ser el profesional del Derecho. El Contador es experto en números, el campesino en la siembra de sus tierras, y el ingeniero en la dirección de obras. Dicho en otra forma: zapatero a tus zapatos.
Pues bien, le cuento de ello por el reciente anuncio que acaba de hacer el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Ramiro Ramos Salinas.
El también coordinador de la bancada parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI), hizo pública la decisión de invitar a expertos en Derecho, a debatir, discutir y enriquecer las iniciativas que lleguen al Congreso del Estado.
Es decir, lo que propone Ramiro es que aquellos profesionales del Derecho que tengan interés en alguna iniciativa que se vaya a discutir en el Congreso, se acerquen para hacer sus aportaciones.
“Vamos a abrir la agenda legislativa del Congreso” dijo.
La verdad, si una propuesta de esas características se consuma en la realidad, será sin duda un gran avance en el proceso legislativo, porque con ello podría subsanarse con mucho esa carencia de profesionales del Derecho en las curules.
Recientemente me comentaba el doctor en Derecho, Rafael Torres Hinojosa, que hace aproximadamente dos décadas era costumbre que antes de que una iniciativa llegara al Congreso, se enviara una copia al Poder Judicial, al Poder Legislativo y a los Colegios o Barras de Abogados, para que la revisaran y expresaran sus opiniones al respecto.
“De esa manera cuando una iniciativa llegaba ante el Congreso del Estado ya iba plenamente consensada y con muchas posibilidades de generar los resultados que de ella se esperaban” señaló.
Por eso , ahora en que el Congreso planea pasar las iniciativas por el filtro de los expertos, es algo de aplaudirse.
Y es que, la verdad de las cosas, como ya se ha dicho aquí con insistencia, hay diputados que proponen puras ocurrencias en ese afán de que los vean como los más productivos cuando en realidad solo dan pena ajena.
Legislar es una tarea que debe ser asumida con responsabilidad absoluta por quienes la tienen a su cargo.
Por ello, qué bueno que , por fin, hayan decidido pedir ayuda a los expertos en Derecho, sobre todo cuando se trate de llevar al Pleno reformas que van a tener un gran impacto en la sociedad.
La mejor referencia de una reforma que requerirá de apoyo experto, es la electoral.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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