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Tamaulipas: Paso obligado

Por: Carlos Santamaría 12/07/2014 | Actualizada a las 17:33h
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Es un tema de actualidad como todos los que nos presenta la agenda setting: los niños migrantes son conversación obligada y hoy –hasta ahora- preocupación del gobierno y sociedad  estadounidense, quizá porque ya les estorba el tener que mantenerlos, porque tenerlos en las cárceles americanas cuesta y mucho.

No sabemos donde andaban los derechos humanos cuando estos pequeños cruzaron la frontera de sus países de origen y transitaron por el México de todos nosotros para llegar a la Unión Americana, donde fueron vejados de sus derechos básicos, aunque hay que reconocer que nada tiene que hacer alguien que no tiene permiso de entrar.

Somos de la idea de que si no se gestiona la visa oficial, nada tenemos que andar haciendo en ninguna nación: cada quien tiene sus reglas, y si no nos gusta, simplemente, no vamos y ya.

Pero el problema ya está y los pequeños, al igual que muchos adultos, vienen batallando en “La Bestia”, que no es más que un inofensivo tren mexicano de carga, sobre el que viajan arriesgando su vida por los peligros que implica: asaltos, bandas delincuenciales, caídas y accidentes, miseria y todo lo que corresponde al inframundo.

Ahora que está de mida el asunto, los gobiernos de Centroamérica y México están trabajando para evitar tragedias, más de las que hay a diario: a través del viaje en “La bestia” no se necesitan papeles ni nada, es decir, son ilegales los que viajan y entran en forma no adecuada a nuestro país.

Se busca, según el secretario de Gobernación Osorio Chong, que se les otorgue un permiso especial como ya sucede para los estados de Chiapas, Tabasco Campeche y Quintana Roo, para lo que se les entrega la llamada “tarjeta-permiso” o algo parecido, y que les otorga el derecho de viajar como cualquiera de nosotros.

Deben hacerles ver que sale más barato cruzar, obtener un permiso y viajar en transporte oficial y público sin los riesgos que implica ir de “mojado”, porque están expuestos a la delincuencia y gastan muchas veces más de 2 o 3 mil dólares para llegar y que los devuelvan inmediatamente.

Osorio es de la idea de que deben circular con la legalidad en toda su extensión y hace votos porque así suceda.

Los niños migrantes y adultos viajan también por Veracruz y Tamaulipas buscando llegar a los Estados Unidos de América.

Como que es tiempo que nuestras autoridades también hagan el convenio correspondiente, al igual que las de Veracruz, para garantizar que puedan circular por nuestro país seguros y tranquilos, porque es más barato –insistimos- viajar con permiso y demás que estar expuestos a secuestros y asaltos, entre muchas otras cosas.

También comentaba ayer que requerirán demostrar que tienen permiso para ingresar a Estados Unidos para ser sujetos de visa nacional temporal; bien, ojalá suceda, porque resulta que viajan y llegan a la frontera, y cuando son deportados, los EEUU los dejan en nuestro suelo, engrosando en municipios fronterizos los cinturones de miseria y, por consiguiente, la delincuencia que se dispara significativamente.

Tiempo es de poner un remedio a esta problemática, y evitar inmediatamente el que sigan viajando en los lomos de “La bestia”, por su seguridad y por la imagen de nuestra nación.

Nos jactamos de ser buenos anfitriones, pero al permitir este tipo de viajes y recursos estamos demostrando lo contrario.

Tamaulipas es paso obligado para miles de migrantes, y nos tocará hacer un plan estratégico para atenderlos y evitar que los deportados se queden entre nosotros, no por ser malos anfitriones, sino por seguridad, de ellos y nuestra, pues.

Comentarios: entrenos@prodigy.net.mx

Carlos David Santamaría Ochoa,

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.
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