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Sección: Editoriales / Entre Nos

La gestión como herramienta de progreso

Por: Carlos Santamaría 09/07/2014 | Actualizada a las 14:07h
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­La verdad sea dicha, da mucho gusto ver en la prensa noticias referentes a la labor que hacen algunos miembros de la actual legislatura: los diputados se han dejado atrás los tiempos en que únicamente iban a llamar por teléfono a sus cubículos y levantar el dedo en las sesiones.

Hoy, la realidad ha cambiado para bien de muchos de nosotros.

Los legisladores están haciendo una interesante labor que va desde la entrega de útiles escolares, gestión de becas hasta la gestión –también- de otros apoyos para los ciudadanos, y que tienen que ver con servicios públicos, atención de tipo sanitario y educativo y muchas otras más.

En ese sentido, hay que destacar que el diputado Ramiro Ramos Salinas tiene bien clara su meta como representante popular: se ha quedado para el recuerdo la figura del que aprobaba leyes que no se cumplen para dar paso a gestores ciudadanos.

Aclaramos, hay algunos que no precisamente cumplen con esta función, pero podemos decir que una gran mayoría tiene clara su idea de lo que es legislar y ser representante del pueblo que les eligió, o del que fueron designados por obra y gracia de las relaciones políticas.

Gestores, eso es lo que son hoy en día.

No es Ramiro Ramos muy de la idea de que se publicite el apoyo que se otorga a los ciudadanos, porque trata de hacerlo como un gesto solidario para quien menos tiene, para quien necesita de este tipo de apoyos, sin embargo, las cosas tarde o temprano salen a relucir. Ganan bien, y eso lo sabemos todos, y es entonces cuando se agradece el apoyo que se recibe, al menos, quienes tienen en los legisladores la única esperanza para adquirir un medicamento o hacer frente a los gastos escolares de sus hijos.

En este último tema, sabemos de buena fuente que algunos diputados se ha convertido en gestores de becas y apoyos para los chicos que necesitan y merecen: fuera quedan los que no estudian o no tienen idea de lo que es una responsabilidad académica. Ricardo Rodríguez es un ejemplo de lo que se puede hacer cuando se tiene clara la visión del puesto de elección popular y, por qué no decirlo, se tienen ambiciones políticas: querer llegar más alto, que eso hace que algunos trabajen más a conciencia que otros.

Y para que las cosas funcionen, se tiene que gobernar en armonía entre los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial, porque de otra manera no se pueden hacer muchas cosas y el progreso sufre un peligroso retroceso.

Nada tiene de malo que algunos legisladores tengan sueños y aspiraciones políticas, más, cuando queda un año de gestión prácticamente y vienen las elecciones federales del 2015: todos tienen su corazoncito y sus anhelos, y quieren ser más seguramente para hacer más. Tienen la voluntad que es a veces lo más difícil de adquirir, y cuando ésta llega facilita mucho la función de ellos, los que nos representan en el Congreso local.

El diputado Ricardo Rodríguez entregó becas a alumnos de primaria con buenos niveles de aprovechamiento muy elevados, cumpliendo con el compromiso que contrajo cuando fue casa por casa a pedir el voto de los tamaulipecos. Igual sucede en Reynosa o en Nuevo Laredo, en Matamoros o Tampico, donde se han significado estos personajes como verdaderos gestores.

Eso bien vale ya un aplauso.

Hay quien piensa –siempre- que no es suficiente lo que realizan, porque tenemos muchas carencias: cierto, las hay, pero nadie es mago para solventar problemas generados por años en la ciudad: hay que ir despacio, con paso firme y seguro, para que haya una verdadera selección de obras y proyectos que tuvieron el aval del parlamento tamaulipeco, y se han cristalizado o están en vías de hacerlo.

Un aplauso merece quien trabaja, dos, por el que lo hace pensando en los demás, y una ovación quien realmente sabe que su vocación es servir a los demás y lo demuestra con gestiones, con obras… con hechos.

Comentarios: entrenos@prodigy.net.mx

Carlos David Santamaría Ochoa,

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.
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