Sin lugar a dudas, la aparición de las redes sociales y su facilidad para su utilización han permitido que tengamos acceso a un sinnúmero de opciones de información y ocio; en el ámbito del ocio, sabemos y hemos comentado en varias ocasiones el riesgo que implica, por el mal uso que se ha dado a la información.
Hay una imagen interesante en la red que explica que hoy en día se hace uso de los dispositivos móviles para acceder a estas redes, y se hace la comparación con los diarios de antaño. Entendemos por lo último los diarios impresos: una fila de personas leyendo se compara con una fila de personas, también esperando el autobús, con sus móviles en mano. Nada ha cambiado salvo los instrumentos para conocer más.
Sin embargo, vemos muchas fotos de amigos y amigas con sus amigos o amigas, de institutos que nos muestran la magia de la cultura de siempre: sinfonías, coros, libros y más. Todo, prácticamente todo encontramos hoy en día, aunque hay algo importante que ha quedado al margen del conocimiento.
Desde nuestra óptica, vemos que falta un rubro importantísimo que tiene que ver con la calidad de vida: la educación en la salud, la formación en medicina preventiva.
Pocas páginas hay que manejan este término o concepto. Vemos algunas que tienen información científica sobre descubrimientos o algo por el estilo. formas de investigar y descubrir tratamientos o instrumentos novedosos.
Poco hay de vida saludable práctica. No encontramos, por ejemplo, que haya grupos de la sociedad o del ámbito de la salud que tengan la manera de hacernos seguidores y leer con atención sus consejos sobre alimentación, ejercicio, cuidados previos y cómo enfrentar una enfermedad, por ejemplo, como la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo o el alcoholismo.
Hay información sobre el daño del alcohol, pero no nos ayuda mucho el saber lo que se maneja, por el término empleado, por los conceptos muy científicos y poco prácticos que puedan ser comprensibles para cualquiera de nosotros que no tiene idea de lo que es el lenguaje científico o médico.
Hay pues, un enorme vacío en ese sentido, y es tiempo de comenzarnos a preocupar, porque las estadísticas y datos son arrolladores, contundentes: hay más obesos, más diabéticos, más hipertensos, más de todo lo que nos mata poco a poco en el mundo en que vivimos.
¿Qué se puede hacer?
En ese sentido, entendemos que hay personas que estamos interesadas en conformar grupos a través de Facebook o Twitter, por citar solo algunas redes, mediante las que podamos compartir conocimientos y experiencias, en donde podamos también preguntar a nuestros iguales y, apoyados en médicos, investigadores, especialistas y expertos podamos ser factor de cambio de rutinas y costumbres en la población.
No es suficiente con que una dependencia o grupo tenga a alguien frente a un ordenador que conteste las preguntas. Es necesario propiciar la participación de todos los interesados y sus allegados, principalmente familiares y amigos, para poder establecer una verdadera red de salud comunitaria que nos permita aprender y llevar a la práctica lo que se debe hacer.
Tiempo es, sin lugar a dudas, de proponer una utilización adecuada de las redes sociales, y reforzar lo grupos de ayuda ciudadana, de ayuda mutua, para poder cambiar el panorama epidemiológico no solo de la ciudad o el estado, sino de México y, por qué no decirlo: del mundo entero.
Hay gente que se preocupa por ello, y en ese sentido, hacemos la invitación, la convocatoria a quien esté interesado en que podamos ser factor de cambio entre nosotros y los que nos rodean, para alcanzar una mejor forma de vida, y entonces, ahorrar muchos millones de pesos a las autoridades, ya que al cuidarnos nosotros, tendremos menos ingresos hospitalarios, menos complicaciones y una muy grande calidad de vida, que es lo menos que nos merecemos.
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