PRI: El partido huérfano

Para nadie es un secreto que la alternancia de poderes en México ha tenido que pasar por múltiples filtros e infranqueables aduanas de intereses. A diferencia de lo que ha ocurrido en otras etapas en la historia del país, en las que el sol salía y se ocultaba cuando lo dictaba un solo partido, en el México actual es posible presumir de una fauna política policroma y plural en las distintas responsabilidades de gobierno. La pregunta es obligada: ¿valió la pena la alternancia?

Sin embargo, el tránsito hacia esta nueva condición  sociopolítica parece complicarse para algunos actores, acostumbrados a otro modelo de régimen al momento de tomar decisiones de Estado.

Hoy por hoy, el Partido Revolucionario Institucional pareciera atragantarse antes de tiempo con el jugoso banquete de su ansiado retorno al poder. Emocionados por los triunfos en otros terrenos, las huestes tricolores queman la pólvora en los infiernitos de sus conveniencias de grupo, pensando quizá que la ciudadanía les ha extendido un cheque en blanco, o que en el 2012 las mayorías les pedirán perdón de rodillas por haber tenido el atrevimiento de expulsarlos del poder, y haber puesto en su lugar a gobiernos igual o mayormente ineficaces, pero con otro estilo de hacer las cosas.

Lo que estamos viendo en estos momentos, tras las elecciones desarrolladas en 14 estados del país el pasado 4 de julio, es el síndrome de un partido huérfano. La estructura piramidal del mando priísta permitió durante décadas, manejar con relativa eficiencia la toma de sus decisiones internas. Primero estaba lo que dijera el Presidente de la República. 

Posteriormente tenían la palabra los señores gobernadores. Y de ahí hacia abajo, sin que nadie repelara.

El problema del (viejo) Nuevo PRI es que la cadena de mando no está bien establecida. Sin un Presidente a quien vitorear, y en muchos estados, sin un gobernador que les jale las orejas, las fuerzas vivas del tricolor corren como gallinas descabezadas dejando el escenario político convertido en un auténtico trepadero de mapache. En el rancho todo mundo sabe lo que hacen las gallinas de arriba con las de abajo. El problema con las gallinas priístas es que desparraman sus gracias en todas direcciones, y no hay ningún granjero a la vista dispuesto a retornar al orden el gallinero.

Al PRI le ha pesado demasiado no tener Presidente de la República. Ha demostrado ser un partido incapaz de moverse sin un dedo benévolo que lo guíe. Por eso el inusitado empoderamiento de los gobernadores. ¿Querrán ceder los virreyes parte de su poder a un Presidente, por priista que este sea?

Por supuesto, las posibilidades de que el otrora partido aplanadora regrese a La Grande de la mano del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, mejor conocido como el Gel Boy no son remotas, a pesar de que desde este momento las mafias blanquiazules y negriamarillas ya se juran amor eterno con tal de impedir el retorno de su odiado rival a Los Pinos.  Sin embargo, el eventual triunfo priista en 2012 es eso, precisamente….  una posibilidad.  Del tal modo, que a los tricolores no les quedará de otra  más que dejar de picarse los ojos unos a otros, dejar los negocios mezquinos para después y demostrar que tienen altura de miras como partido político que dice representar una auténtica opción de gobierno.

Por supuesto que habrá quienes piensen que estos comentarios están fuera de orden, que en Tamaulipas es el número uno, que es el que las puede todas… pero el escenario local no aplica necesariamente en el panorama nacional.  El hecho de que el PAN y el PRD ahora le estén apostando a las alianzas implica el hecho de que la presunta locomotora que llevará al tricolor de retorno a Los Pinos todavía se puede descarrilar. Y hay demasiados actores interesados en que así sea. De hecho, muchos de ellos, son priistas que saben que como oposición pueden obtener mayor utilidad chantajeando a un Presidente débil, pero sobre todo, que no sea de su mismo partido.

DE BOTEPRONTO: Y como su hubiera caído una bomba fétida, los electos desaparecieron del mapa. Con el pretexto de las vacaciones, con el argumento de dar el espacio al gobernador electo, o simplemente para huir de los acreedores… pero brillan por su ausencia. Aún así, las presiones de los presuntos artífices de las victorias, se van a dejar sentir con la intensidad de este calor veraniego. A ver cuántos electos aguantan la insolación política.

Por el momento es todo. Le espero de lunes a viernes en los espacios informativos de Grupo Fórmula Tamaulipas (89.5 de FM), Tele Fórmula (Canal 60 de Comunicable) y Libertas TV (www.libertas.tv). Y por supuesto, agradezco sus comentarios en formulatamaulipas@gmail.com