Si usted alguna vez creyó que lo peor que podía pasarle era chocar su auto, perder su celular, o que le roben algún objeto material; siéntase tranquilo y pídale a Dios no enfermarse, porque los hospitales son un verdadero caso.
Después de ser víctima de la varicela, el dengue y un intento de asalto que me dejó como granadero del D.F. en plena protesta o bloqueo, la vida me trajo otro regalo, un pulmón ponchado.
Por designio personal vine a dar al Hospital Regional de Alta Especialidad, en Ciudad Victoria; con el nombre uno se imagina todo lo contrario a las clínicas del IMSS, pero ya siendo paciente del lugar te das cuenta que es el mismo ambiente.
Doctores fantasma, farmacia sin abasto, la peculiaridad de los alimentos y un sin fin de carteles sobre la visión, misión y derechos del paciente hacen de este hospital un lugar digno de recordar pues no quieres volver jamás.
A tus familiares o visitantes les piden vestir ropa decente y no traer mochilas, bolsos o los pies descubiertos; mientras que los médicos pueden traer escote, minifalda, tacón del 15 y hasta contestar llamadas en plena cirugía, como sucedió conmigo.
En mi caso, le cuento, me colocaron una sonda de plástico duro entre mis costillas para "aliviar" mi problema, dicho remedio me provoca un dolor inmenso y posibles infecciones, por ello a mi cuenta se agregan medicamentos para curar algo que aquí mismo me provocan. ¡De locos!
Ya en ese ambiente de dolor, uno es aseado por practicantes que desconocen los cuidados necesarios y sufres tus 30 minutos extras de dolor al día, recordando que mañana tendrás tu dosis de tortura puntual, misma hora, mismo lugar. ¿Y el personal capacitado?
Por si fuera poco, a los doctores se les olvida verificar el funcionamiento de la sonda, y cuando deja de funcionar todo mundo corre pues nadie sabe qué hacer, tu solo te tragas el dolor de tener una manguera golpeando tus costillas desde adentro. ¿Dónde está el profesionalismo? ¿Se les olvidará cobrar?
De pronto, y para recordar que vives en México, un doctor te dice, después de 9 días de estar postrado en una cama con llagas en la piel, dolor de espalda y un álbum completo de radiografías de tus pulmones, que tu problema es una infección y que debió ser atacada desde el primer día. ¿Qué hicieron todo este tiempo?
Hoy a 11 días de estar internado acepto que juzgué mal al IMSS, siempre habrá competencia digna y fuerte que les dé batalla por superar su nivel. El Hospital Regional le esta poniendo mucho empeño para estar a su altura.
Mientras tanto, espero a mi mesías, mi salvador, el cual se fue después de prometerme la cura, de internarme de urgencia para ser atendido. Unos dicen que anda de vacaciones, otros murmuran que anda estudiando.
Si usted cree tener un mal día, recuerde esta historia, verá que cambia de parecer; si cree que se levantó con el pie izquierdo, agradezca, al menos usted lo puede hacer.
¡Excelente lunes!
Twitter:@yosoylara1
facebook: Sergio Lara
Adrianla93@gmail.com