Es importante recordar que cuando vamos a una elección, votamos por la persona que sentimos nos conviene más, y no por la que nos sea más agradable a la vista: no es concurso de simpatía ni nada por el estilo: es política.
Lo anterior porque se escuchan críticas de personas mal intencionadas que hacen comentarios sobre Alejandro Etienne Llano, presidente municipal de Victoria, quien, a nuestro juicio, ha llevado a cabo una administración diferente, plena de resultados.
Que si su voz, que si su presencia que si su forma de caminar… banalidades que no llevan a nada y que son carne para los perros que, hambrientos, ladran para que les lancen un trozo de hueso.
Lo cierto es que, desde su llegada, el alcalde Alejandro Etienne Llano ha desarrollado una función harto interesante, y principalmente, ha tenido ese roce que debe tener todo político con la gente, sus gobernados, o como dicen algunos: “con el infeliceaje”.
Etienne se ha preocupado por entender a la gente, probablemente porque eso le enseñaron en casa desde pequeño: ver por los demás, y como gobernante lo está cumpliendo, procurando gestionar ante otras instancias mayores recursos para tener un número más grande de obras en bien de todos.
Le vemos en cualquier colonia con las audiencias públicas en donde procura dar solución inmediata a la problemática de la gente. Sabe que no es fácil gobernar en estos tiempos, más, cuando el dinero es escaso.
Hasta un automóvil prometieron en aras de que todos cumpliéramos con un pago que es nuestra obligación hacer. Las reuniones de Cabildo son abiertas, transparentes, porque nada hay que ocultar.
Esas son las administraciones que nos hacen falta en tiempos de incredulidad: las que nos dicen las cosas como son y no nos engañan.
Hay mucho por hacer en Victoria y Etienne lo sabe; Katya, su distinguida esposa sabe que a través del DIF la vida le ha ofrecido la oportunidad de su vida de ayudar a miles de personas. Su equipo de trabajo tiene una mística especial que los hace ser diferentes a otros alcaldes.
Hemos de anotar que Victoria ha tenido excelentes, buenos, regulares y malos alcaldes, y éstos últimos pasan a ser parte de nuestra historia negra.
Pero en el caso de la actual administración, vemos ya más camiones de basura, signo de que se invirtió dinero en ellos, y los que estaban viejos se rehabilitaron hasta donde se pudo. Vemos cuadrillas de bacheo en distintas partes de la ciudad, que siempre serán insuficientes ante la demanda de este problema.
Vemos alumbrado en donde no había, aunque también, los vándalos se encargan de hacer que falte de nuevo.
Vemos un Victoria que quiere transformarse y sus autoridades tienen micho que ver con ello, pero como hemos dicho siempre: ellos solos nunca podrán hacer lo que se debe hacer si no les apoyamos, de ahí la importancia de sumarnos al esfuerzo de las autoridades.
Exigirles que cuando reportemos alguna falla nos atiendan inmediatamente y que no nos dejen horas en el teléfono, pero para exigir, hay que cumplir, y si no pagamos lo que debemos, no tenemos cara para reclamar.
Entendemos que tenemos una muy buena oportunidad para vivir con un gobierno que se interesa en todos nosotros, entendemos, también, que mucho hay que hacer, que faltan campos deportivos y señalamientos viales, que hay que limpiar las corporaciones, que se requiere equipo de bomberos, pero es menester ver el vaso en la forma en que se va llenando, y no en la que se va vaciando.
Pensamos, sinceramente, que tenemos un muy buen alcalde, y eso tenemos que aprovecharlo al máximo, porque está para servirnos y ya casi se le fue un año.
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