Cuando Rafael González Benavides llegó a la presidencia del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional, muchas personas tuvieron distintas reacciones; como suele suceder, los “expertos” descalificamos a quien fue nombrado antes que nosotros, y los “mundanos” esperamos que la persona cumpla o nos muestre si puede o no con el paquete nuevo.
Hombre de familia, tradicional, honorable y sencillo, González Benavides se ha dedicado a dar un nuevo rostro al PRI tamaulipeco en el sentido de poder recuperarse de aquella dolorosa elección en la que el Partido Acción Nacional, sin hacer campañas, se llevó la mayor parte de las posiciones electorales en juego.
Sabe González Benavides que hay que trabajar y mucho, más porque la situación económica de la gente no les ayuda como debiera: quienes estamos más ahorcados y pagamos más impuestos estamos descontentos con el régimen actual.
Sin embargo, el presidente del tricolor tamaulipeco ha conformado un equipo con gente de todo tipo, en donde sobresale quien tiene mucha experiencia en estos menesteres, y el resultado se está viendo en la sociedad: tienen más penetración y más aceptación pese a lo que nos rodea.
Pero la gente se cuestiona sobre qué le falta al PRI para volver a ser esa aplanadora que arrasaba en las elecciones.
Sentimos, y lo dice la gente, que falta que los que manejan la política se acerquen más a la gente, que sepan de sus necesidades de voz directa porque cuando un jefe pregunta a sus subalternos como están las cosas, éstos últimos, por quedar bien son capaces –y lo hacen- mentir. Necesitan escuchar de gente como usted y como yo cuáles son nuestras inquietudes.
Por ejemplo, deberían saber el problema que implica la facturación electrónica y podrían convertirse en gestores para la instrumentación de un sistema menos difícil, más amable para el contribuyente, y eso pasa todos los días en todos los rincones de México.
Deben bajarse de repente de la Suburban o la Tahoe y sentir el calor que todos tenemos a diario, y saber qué acontece con la gente, qué le disgusta y qué le gusta. En eso, hay tamaulipecos brillantes que bien saben cómo hacer política; hoy, unos están en el Congreso y otros en el mismo partido.
Es quizá por eso que Rafael González Benavides ha tenido una buena estrella: porque ha trabajado desde que llegó como si fuera su primer cargo importante y como si fuera novato: con toda la garra y todas las ganas.
Necesitamos políticos que sepan la importancia que tienen y lo útiles que son cuando se bajan de la nube o salen de la burbuja en que les ubican. necesitamos políticos más humanos que no afecten nuestro modo de vida, sino por el contrario, que tengan que ver con las mejoras cotidianas.
Cómo cree usted que toma la gente, por ejemplo, la rehabilitación del espacio del Río San Marcos para pasear: bien, muy bien, porque refleja la preocupación por tener satisfechos a los que no tienen con qué salir.
Y así podríamos tener una y mil muestras, pero lo cierto es que el PRI está fraguando una interesante campaña para poder lograr arrancar otro pensamiento a quienes se han opuesto a ellos. Para ello,. Insistimos,. Rafael González Benavides tiene un buen equipo de trabajo y la libertad para maniobrar en aras de mostrar resultados.
Es natural que haya “prietitos en el arroz”, y eso no se puede evitar, aunque en el caso que nos ocupa, afortunadamente son menos, y eso permite garantizar un buen trabajo, aunque no deben dormirse e sus laureles, ya que, de otra forma, podría Tamaulipas volver a pintarse de azul que, a juzgar por lo último que hemos visto, es lo que menos nos conviene.
Es bueno saber que hay quien quiere hacer bien las cosas, solo hay que apoyarle y exigirle que cumpla sus promesas, que, finalmente, son para todos nosotros.
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