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Sección: Editoriales / Confidencial

Rebelión de gordos

Por: Rogelio Rodríguez 17/02/2014 | Actualizada a las 09:46h
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El diputado local del Partido Movimiento Ciudadano, Alfonso de León Perales, es, sin duda, uno de los integrantes más preparados que tiene la Sexagésima Segunda Legislatura. Doctor de profesión, sus iniciativas casi siempre van enfocadas al tema de la salud.

Lamentablemente a “Poncho” le sucede lo que le ha sucedido a muchos legisladores, que creen que la eficiencia de una bancada se mide por el número de iniciativas que presenten, sirvan o no sirvan.

En ese entendido, se ha dedicado durante las últimas semanas a promover reformas legales o puntos de acuerdo que muchas veces rayan en el absurdo. Son propuestas que no tienen la mínima posibilidad de prosperar, pero de cualquier forma implican un desperdicio de recursos económicos y humanos porque de todas maneras es necesario dictaminarlas para desecharlas.

La semana pasada, por ejemplo, el también dirigente sindical de los trabajadores del ISSSTE “se voló la barda”, cuando presentó una iniciativa de reforma a la Ley para Prevenir y Erradicar la Discriminación en el Estado de Tamaulipas.

¿Sabe usted para qué? Para que como sociedad ¡ya no hagamos burlas de los gorditos, incluyéndolo a él!.

“Las personas obesas sufren constantemente la humillación y la discriminación de una sociedad que en general no está adaptada para ellos, que los ridiculiza y los rechaza” dice De León Perales en su iniciativa.

Ante ello, argumenta, es preferible una sociedad obesa que una donde se discrimina a las personas por el solo hecho de estar gordas.

“Quiero decirles que en lo personal, prefiero un país con problemas de obesidad y sobrepeso en su población, que un país que tiene como disciplina la cruel discriminación que viola a todas luces, los derechos humanos. Prefiero un Tamaulipas en los primeros lugares de obesidad, que un estado que permite la ofensa y el libertinaje en la expresión, a costa de la estabilidad emocional de la mayor parte de los ciudadanos”, sentencia.

Y en ese sentido propone reformar la ley para prohibir la discriminación por razón de “peso y talla”.

En otras palabras, el diputado “naranja” no quiere que a los gordos les digan gordos, y que no les saquemos la vuelta cuando coincidamos con uno de ellos en un microbús, en un autobús, en un avión, en el cine, en el teatro, o en cualquier lugar.

Quiere, en otras palabras, que todos aquellos que muestren la mínima gota de discriminación contra un obeso, sean castigados legalmente.

Con el respeto que merece el diputado, pero su iniciativa es de imposible realización.

Como profesional de la medicina, y por sentido común, sabe perfectamente que una mejor alternativa sería acabar con la causa de la discriminación es legislar para combatir la obesidad.

Si dice que un 32.8 por ciento de los mexicanos son obesos, pues entonces suena más factible promover acciones legales que ayuden a esa minoría a bajar de peso.

Dicho en otras palabras, es más fácil pedirle a ese 32.8 por ciento de gorditos que bajen de peso, que castigar al otro casi 68 por ciento de los mexicanos porque se burlan de ellos.

Por otra parte, creo que en la gran mayoría de los casos, aquellos que estamos obesos es por gusto o por falta de disciplina para cambiar nuestros hábitos alimenticios, y de nada servirá tener una ley que prohíba que se burlen de nosotros.

Creo que la sociedad enfrenta problemas mucho más serios en los cuales los diputados deberían trabajar para buscar alternativas de solución.

¿No cree usted?

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com

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